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La Síndica de Barcelona alerta de la privatización del espacio público

Vilà atribuye el “deterioro” al uso intensivo de la calle por la presencia de terrazas, eventos y ferias, bicicletas o el 'top manta'

Clara Blanchar
La Rambla, en una fotografía de archivo.
La Rambla, en una fotografía de archivo.joan sánchez

Terrazas, eventos culturales y lúdicos, conciertos, instalaciones temporales, la pista de hielo de la plaza de Catalunya, patinetes, bicicletas, ferias artesanales, módulos de distribución de mercancías, quioscos cerrados, ‘top manta’… La Síndica de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, alerta en una actuación de oficio --abierta en 2014 tras un aumento de las quejas presentadas-- del deterioro del espacio público en la ciudad como consecuencia de su “uso intensivo” y sobre todo, privado.

Vilà precisa que por espacio público entiende el que no está destinado al tráfico y constata que el uso intensivo proviene tanto de “iniciativas vinculadas a intereses económicos” como al “incremento de actividades lúdicas”. La Síndica señala la proliferación de terrazas, vinculadas al turismo y a la prohibición de fumar, como uno de los principales problemas y pide que se cumpla la polémica Ordenanza.

“En el centro de la ciudad se ha incrementado el uso del espacio público hasta el punto de que se dificulta el tráfico de los viandantes y su uso cívico y relacional”, afirma la defensora del pueblo de Barcelona, que invita a “encontrar un equilibrio entre los legítimos derechos de disfrutar de actividades lúdicas y el del vecindario a una calidad de vida digna”. Vilà también echa de menos la presencia de lavabos públicos y recomienda que se incremente su número, sobre todo en las estaciones de metro. Un debate, éste, que se abre de forma recurrente en la ciudad.

La Síndica reabre el debate sobre la poca presencia de lavabos públicos y pide habilitarlos en las estaciones de metro

Al describir el uso intensivo del espacio público la Síndica enumera el crecimiento de terrazas “debido a la entrada en vigor de la prohibición de fumar” en los bares y restaurantes “y al turismo”. “La Síndica en ningún caso está contra las terrazas”, precisa, pero afirma que es el fenómeno que cuantitativamente y cualitativamente más conflicto ocasiona por la ocupación y los horarios nocturnos. Pide su regulación y que se cumpla lo que dice la Ordenanza.

Vilà subraya las contradicciones que en algunas ocasiones hay entre normativas municipales sobre, por ejemplo, las que afectan a floristerías o fruterías (que deben tener los expositores tocando a las fachadas) y las de las terrazas, que deben dejar espacio para los viandantes. Una diferencia que confunde a los viandantes y perjudica la movilidad de colectivos como los invidentes, afirma.

También enumera para argumentar lo que considera un deterioro el aumento de ferias tradicionales, de eventos culturales como conciertos, la pista de hielo que se instalaba en la plaza de Cataluña, los quioscos cerrados desde hace tiempo o los módulos de distribución privada de mercancías que hay al lado del Arco de Triunfo.

La Síndica ha remitido el informe al Ayuntamiento y recomienda al gobierno que se cumpla rigurosamente la Ordenanza de Terrazas, que armonice el emplazamiento de terrazas y expositores comerciales; que se modifique la Ordenanza de Circulación para que incluya nuevos vehículos como patinetes o seagways; que revise las condiciones por las que otorga plazas de aparcamientos reservados para personas discapacitadas o personal institucional; y que en el caso de eventos los permisos sean restrictivos y eviten autorizaciones muy dilatadas en el tiempo.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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