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Tensión en Sant Adrià tras el homicidio de un vecino

Un millar de vecinos condenan el crimen y amenazan con seguir persiguiendo a los ocupantes ilegales, "camellos" del Besòs

Alfonso L. Congostrina
Una silla con velas recordaba el lugar donde falleció Cristian
Una silla con velas recordaba el lugar donde falleció CristianGianluca Battista

Más de un millar de vecinos del barrio del Besòs de Sant Adrià (Barcelonès) protagonizaron la tarde de ayer una marcha tensa que en principio debía ser silenciosa y con la que se condenaba el homicidio de uno de sus vecinos perpetrado la noche del lunes. Un crimen cuya autoría corresponde, supuestamente, a dos inquilinos de uno de los seis pisos ocupados en el barrio. Los vecinos llevan más de un mes y medio llevando a cabo escraches contra las viviendas ocupadas. Aseguran que allí vive “gente del barrio de la Mina que vende droga” 

“Cada lunes vamos a los pisos, les gritamos y exigimos que se vayan; no queremos que los camellos se adueñen del barrio”, denunciaba una vecina que prefiere mantener el anonimato. El resto de días, la Asociación de Vecinos del Besòs convoca caceroladas para “que se vayan”.

El pasado lunes la tensión se desbordó. Tras sufrir el escrache, dos de los ocupantes ilegales se llevaron por delante, de dos puñaladas, a Cristian. Un rumano de 31 años con un hijo de 7 años y una mujer que ha enviudado a pocos meses de parir. “Cuando los asesinos le asaltaron estaba con un amigo en el bar Porras criticando que él paga la hipoteca y que no se podía consentir que otros no lo hicieran”, recordaba un testigo del homicidio. Los dos acusados fueron detenidos por “la policía municipal en menos de tres minutos”.

Ayer no habían pasado 24 horas del crimen cuando los vecinos tomaron de nuevo las calles. Con un megáfono anunciaron que la lucha vecinal continuaba: “Concentración silenciosa a las 19.30 en el Parque 1 por la memoria del difunto”. Más de un millar de personas se reunieron a la hora y el lugar indicado tras una pancarta que rezaba: Cristian, todos contigo y tu familia, fuera delincuentes y camellos disfrazados de ocupas. El silencio fue rompiéndose con gritos de “asesino” y “yo soy Cristian” hasta que llegaron al lugar exacto donde los servicios sanitarios no pudieron reanimar a Cristian. Allí esperaba una silla con tres velas y una nota: “Sólo se van los buenos”.

Después fue el turno de las protestas contra el alcalde, Joan Callau (PSC), que también participó en la marcha. José Paredes, portavoz de la asociación de vecinos, animó a seguir en la lucha contra los “traficantes ocupas”. "Cada vecino debe controlar su edificio, tenemos un arma muy poderosa el whatsapp. Cuando veamos algo extraño debemos llamar al 112 y escribir en el whatsapp y en minutos estaremos 50 personas evitando más ocupaciones”, manifestó Paredes. “Honraremos la memoria de Cristian, la lucha continúa y el próximo lunes seguiremos defendiendo nuestro barrio”, concluyó el líder vecinal.

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