El descubridor de Arcade Fire
Actúa en Madrid Mac McCoughan, que acaba de publicar su primer álbum en solitario
Mac McCaughan se subirá esta noche al escenario de la Sala El Sol con la excusa de presentar Non Believers, uno de esos discos que se escuchan la primera vez por curiosidad y terminan resultando más que destacables. Porque a pesar de que es el primer álbum que firma con su nombre, tiene 47 años y es un viejo conocido de los aficionados a la música que viene de Estados Unidos.
Excusa porque él solo y con una guitarra —“Por no llevar, no llevo ni teclados”, aclara— tocará mucho más que ese disco en el que recuerda sus primeros amores musicales. “No es un disco nostálgico, porque eso implica echar de menos una época. Se trata más bien de hablar de esos periodos de transición de la vida de cada uno, cuando tienes 14 o 15 años y todo está cambiando. Entonces estableces una relación muy cercana con la música. Para mí, ese periodo son los primeros años ochenta. Pero no es nostalgia. Lo único que echo de menos de esa época es que en la radio sonaban cosas comerciales y después cosas muy oscuras. Eso, al menos en América, ya no pasa”, cuenta por teléfono desde EE UU.
Aunque es uno de esos músicos que se empeñan en tener un perfil bajo, porque básicamente actuar y grabar es una sola de las patas sobre la que se sustenta su vida, Mac Mcoughan tiene una trayectoria larguísima. Lleva casi un cuarto de siglo siendo componente de Superchunk, una de las bandas del rock alternativo yanqui que se han mantenido vivas y creativas desde sus comienzos a finales de los ochenta. Como solista ha firmado tres muy buenos discos bajo el apelativo Portastatic, pero además es el fundador y presidente del sello Merge, la discográfica con la que publican grupos como Spoon, Caribou, Magnetic Fields o Arcade Fire.
Aunque parezca mentira, el responsable último de la carrera del colectivo canadiense, que ha vendido millones de discos y llena estadios en medio mundo, es McCoughan desde Durham, Carolina del Norte. “La verdad es que lo que me resulta complicado no es manejar discos que tienen un gran éxito comercial. Lo más complicado de mi trabajo es saber lidiar con la frustración de que otros discos que crees que merecerían también triunfar y recibir atención no lo consiguen. Y no sabes por qué”, dice.
Le pasa con uno de sus músicos más queridos, Kurt Wagner, alias Lambchop. “Aunque en Europa no va mal, en América no hay manera. Pero no es el único caso: He editado álbumes de grupos como Titus Andronicus que, en mi opinión, no es que tuvieran que ser tan grandes como Arcade Fire, es que deberían estar al nivel de Bruce Springsteen. Pero no puedes obligar a la gente a compartir tus gustos. Solo esperar que ocurra”.
Escuchando el disco parece que una de las ventajas de trabajar con grupos nuevos es resultar contaminado por sus sonidos. Por ejemplo, Box batteries, una de las canciones más redondas del álbum, podría recordar en ciertos momentos a unos Arcade Fire menos épicos y más domésticos. “¿En serio? Es gracioso. Nunca lo había pensado. Para mí, algunas canciones del disco recuerdan a New Order, OMD o incluso Gary Newman. Pero en este caso en concreto pretendía sonar un poco como Sisters Of Mercy. Algo muy rockero, usando cajas de ritmos en vez de batería. Supongo que como mis gustos son mucho más pop, me ha salido otra cosa”.
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