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Un testigo protegido relata el presunto dopaje en Urdaibai

“Hasta ocho jeringuillas diarias en el hombro, la tripa, la vena y el culo”, dice un remero que recibía después de la llegada del médico Maynar

Pedro Gorospe

"Comer para poder crecer" es un mensaje básico, sencillo, lógico en condiciones normales. Si quien lo dice tiene una jeringuilla en la mano y tú, deportista de élite, el pantalón bajado, el significado es radicalmente diferente. Un testigo protegido, remero de Urdaibai de Bermeo, ha relatado que ese era el mensaje con el que les convencía el entrenador del club para ponerse casi a diario una serie de inyecciones que mejoraron su rendimiento hasta llevarles a la victoria. Ha sido uno de los relatos más impresionantes de los que se han oído en la primera jornada del juicio que hoy se ha iniciado en Bilbao contra la presunta red de dopaje organizada por el club de remo de Bermeo. Un caso en el que están procesadas diez personas, entre ellas el presidente, el entrenador, el médico del club, el especialista Marcos Maynar, y la enfermera de Urdaibai que tuvieron algo que ver con el caso en 2010. El fiscal pide para cada uno de ellos dos años y seis meses de prisión por la comisión de un delito continuado contra la salud pública, y se pide un año más para el que fuera médico del club en ese momento, por falsificación de documento. La Fiscalía sostiene que administraron a los remeros eritropoyetina(EPO), dexametasona, nandrolona, hormona luteinizante y tetracosactina.

Además de Maynar, el médico y la enfermera, el relato que ha centrado la jornada ha sido el del testigo protegido -para evitar posibles agresiones como ya denunció en su día- remero de esa embarcación, el rumano Andrei Banica, el único que rompió el silencio del equipo y secundó la denuncia de José Luis Korta, el entrenador de un equipo rival, Kaiku de Sestao.

Urdaibai ganó el campeonato y la bandera de La Concha en 2010, después de que el club suministrara presuntamente sustancias prohibidas a sus deportistas. El testigo protegido ha afirmado que se les inyectaban diariamente más de ocho sustancias, gracias a lo cual ganaron la Liga ACT, además de la Bandera de La Concha. "Nos pinchaban en el hombro, en la vena, en la tripa, en el culo", y preparaban "más de ocho jeringuillas, mucho más" para cada remero. Los pinchazos se ponían antes y después de los entrenamientos, y también antes y después de cada prueba y era el propio entrenador, José Manuel Francisco, y la enfermera del club, Arantza Ormaza, quienes les administraban el cóctel de sustancias.

Nos dijo que no cobraba nada si no ganábamos" TESTIGO PROTEGIDO

Prácticas que comenzaron cuando ese año llegó la nueva directiva y el nuevo entrenador. Él era el que les explicaba que había que "comer para poder crecer". Varias semanas después de comenzar los tratamientos visitó el club el doctor Marcos Maynar un médico que se presentó como "profesor de la Universidad de Extremadura". Les impresionó al decirles que "estaba ahí para ayudar a Urdaibai a ganar la Bandera de La Concha" y que, según dijo, no iba a cobrar nada si no lo conseguía. Lo consiguieron y de largo.

La llegada de Maynar volvió a hacer que el testigo cambiara su idea de no pincharse. "Accedí a ponerme otra vez", pero como sucedió en anteriores ocasiones volvió a ponerse malo, con vómitos y temblores, por lo que decidió no seguir con el tratamiento. Al aumentar el ritmo de los pinchazos, Urdaibai remontó hasta conquistar la liga y ganaron la bandera de La Concha. Semejante despliegue físico y algún confidente, hicieron que Korta sospechara y denunciara, depués de sugerir, en unas polémicas declaraciones, que había dopaje de por medio.

Según relató el testigo protegido, el club llevaba dos furgonetas, una de ellas con cristales tintados, donde se les inyectaba antes y después de remar. Si embargo Maynar, en su declaración, ha circunscrito su presencia en Bermeo a un viaje familiar y aunque ha admitido que asesoró a Urdaibai, fue sobre el ritmo de los entrenamientos y sobre la posibilidad de que ese hecho fuera la razón de su escasa evolución. Ha negado además que suministrara drogas a los remeros, y ha dicho que en realidad los productos eran para él y su familia. Según ha explicado sin alterarse, los prescribió, uno para la alergia de su hija, otro para la atrofia de testículos que él mismo consumía porque su mujer quería tener un hijo, y otro más para un caballo que había comprado.

Un producto para la atrofia testicular de Marcos Maynar

A partir de ahí todo han sido negativas. El médico, Borja Garay, ha admitido que puso inyecciones pero solo eran "efedrina y carnicor", que compraba en la farmacia de un familiar y el presidente del club ha negado conocer ese tipo de actuaciones. La enfermera sin embargo ha reconocido haber inyectado lo que cada día estaba pautado en una hoja con el nombre de los remeros. Otra de las acusadas ha reconocido que aquel mes de agostó envió tres paquetes con EPO (Eritropoyetina) y Darbepoetina a una entidad bancaria de Bermeo en la que trabajaba el presidente de Urdaibai, Josu Zabalondo, y que por ello recibió 2.400 euros del club. Ha confirmado que Maynar supervisó las sustancias que había consumido su marido cuando era ciclista profesional.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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