Colau propone congelar todos los impuestos y tasas municipales en 2016
Barcelona cobrará una tasa por rodajes y aplaza a 2017 la tasa a las eléctricas
No hay sobresaltos en el proyecto de ordenanzas fiscales que ayer presentó el Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona que capitanea Ada Colau. El primer teniente de alcalde y responsable de Economía, Gerardo Pisarello, defendió un proyecto que prevé congelar los impuestos (el IBI, un gesto inédito en 25 años) y tasas, aplicar bonificaciones sociales y ambientales e implementar una nueva tasa para los rodajes en el espacio público. La oposición criticó una propuesta que pasará la primera prueba en la comisión de Economía del lunes.
El primer proyecto de ordenanzas del Ejecutivo de Colau no incluye la tasa a las eléctricas por ocupación del espacio público que prevé el plan de choque de Barcelona en Comú. No se ha incluido en estas ordenanzas por su complejidad jurídica y de competencias, explicó el gerente del área de Economía, Jordi Ayala, pero la intención es que figure en las de 2017.
Pisarello defendió un proyecto basado en la congelación, que vinculó a la buena salud de las finanzas del Consistorio y a la "sensibilidad" social y ambiental del Gobierno. El responsable de Economía insistió durante la presentación de las ordenanzas en que la propuesta “es un punto de partida” que se negociará con los grupos de la oposición, que ya han hecho propuestas “cuya música suena bien”.
Se refería a ideas como la del PSC de no cobrar impuestos a los emprendedores durante el primer año de actividad. Pero la concejal socialista Montserrat Ballarín manifestó su temor a que la congelación de 2016 tenga una repercusión negativa en las cuentas municipales de 2017. En la misma línea se expresó Sònia Recasens (CiU), que declaró que “la música de las ordenanzas no suena bien”. La antecesora de Pisarello se mostró “decepcionada” por la falta de novedades y “preocupada” por si la revisión del catastro iniciada por Colau puede suponer una “fuerte subida” de cara al año que viene.
Ciutadans, por boca de la presidenta de su grupo municipal, Carina Mejías, y el PP, a través del concejal Eduardo Bolaños, lamentaron que el Ejecutivo no aproveche la buena salud de las finanzas de Barcelona para rebajar impuestos. Por su parte, el jefe de filas de ERC, Alfred Bosch, afirmó que la ordenanza es mejorable en cuanto a bonificaciones y “contribuciones progresivas para que paguen más quienes más tienen”.
La revocación de la subida del 10% del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI, que este año supone una recaudación de 648 millones de euros) que propuso el exalcalde Xavier Trias (CiU) la revocación ya fue anunciada en julio pasado, cuando el gerente Jordi Ayala explicó que el Ayuntamiento iniciaba una revisión del catastro que busca favorecer a los barrios de menor renta. Ayer, los responsables de Economía explicaron que el proyecto de ordenanzas amplía las bonificaciones para familias numerosas o con hijos discapacitados y las subvenciones a familias numerosas que viven de alquiler o monoparentales. Son facilidades que cuestan a las arcas municipales 200.000 euros, “que se verán compensadas de sobras con las nuevas tasas”, dijo Ayala.
Fiscalidad ambiental
En el caso de las tasas, explicó Pisarello, “la filosofía es no tocar las que afectan al bolsillo del ciudadano corriente, como la zona azul o la grúa, y sí actualizar las que gravan actividades lucrativas, como los rodajes de anuncios” o la escolta en maniobras de transporte de vehículos especiales por la ciudad. La propuesta prevé también un nuevo impuesto, de desenganche de la mitad del importe de la grúa, para los conductores que encuentran a la grúa retirando su vehículo.
Y sobre lo que el Gobierno municipal califica de “fiscalidad ambiental y de fomento de las energías renovables”, se trata de bonificaciones en el impuesto de vehículos para los menos contaminantes o de hasta el 95% del impuesto de construcciones u obras que incorporen sistemas de aprovechamiento de energía solar.
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