Unió pide “pasar el rastrillo” para lograr grupo propio en el Parlament

Unió (UDC) y Junts pel Sí, la coalición donde está Convergència, tendrán una particular lucha el domingo. Las matemáticas electorales hacen que, una vez se cruza el umbral del 3% de los votos, el primer y último partido entren en una curiosa pelea por los escaños. Así, un buen resultado de los democristianos podría afectar las ambiciones de mayoría de CDC. Y viceversa.

Sin mencionarla, esta idea ha estado ayer en el cierre de campaña de UDC en el pabellón de Nova Icària, en Barcelona. El más gráfico ha sido el líder del partido Josep Antoni Duran i Lleida, que pidió “pasar el rastrillo” para que ningún voto se pierda. La euforia por la mejora en los sondeos electorales -especialmente el que publicó ayer un diario andorrano que le da cinco escaños- hace que los democristianos crean que tienen a tocar la meta que se han fijado para esta campaña: tener un grupo propio en el Parlament.

Los cuatro cabezas de cartel y toda la lista por Barcelona fueron arropados por unas 600 personas en un sitio donde tradicionalmente la extinta CiU cerraba campañas. El sitio es el mensaje. Espadaler reivindicó que Unió es el único que puede acoger a los votantes “huérfanos” de la federación: “Estamos dispuestos a recoger el testigo de la CiU de toda la vida, del catalanismo transformador, de la estabilidad”, insistió.

El candidato democristiano también aprovechó para desmarcarse del PP y Ciutadans, el voto de la centro derecha. “No se trata de hablar en catalán 48 horas antes de las elecciones. Lo que se necesitan son propuestas” para solucionar el encaje entre Cataluña y España criticó Espadaler, en referencia al último spot de los populares.

Durán también pidió "votar en libertad, sin miedo pero con la verdad por delante", en referencia a las posibles consecuencias de una independencia no negociada. El momento más emotivo del acto fue cuando Espadaler, al agradecer el apoyo de su esposa y tres hijos, se le ha quebrado la voz.