Calabuig: “Hace tiempo que Barberá no conoce los problemas reales”
Joan Calabuig, candidato socialista a la alcaldía de Valencia, aboga por la regeneración de la política
Es el único candidato socialista que repite dos convocatorias electorales consecutivas en la tercera capital de España. Encabeza al grupo que se personó como acusación popular en el caso Nóos y hoy Alfonso Grau está procesado por los contratos suscritos con Iñaki Urdangarin y ha dimitido como vicealcalde de la capital.
Pregunta. Tres crisis paralizan Valencia. ¿A qué se refiere?
Respuesta. Hay una crisis económica importante por el crecimiento del paro, el cierre de comercios y la pérdida de inversiones de la ciudad. Todo junto ha creado una situación de decadencia que la ciudad no se merece. Luego está la crisis social, con un aumento tremendo de las desigualdades. Hay más de 30.000 familias sin ingresos regulares en Valencia y 13.000 personas han abandonado esta capital. El PP no se está dando cuenta de lo que está pasando. También hay una crisis ética y moral, en la que el PP no ha hecho nada contra la corrupción. Hemos visto en un montón de instituciones sobornos, sobres..., y eso ha deteriorado mucho la reputación de Valencia. Eso hay que limpiarlo rápidamente.
P. ¿Qué proponen los socialistas para atraer inversiones a la ciudad?
R. Valencia tiene unas grandes posibilidades en el sector tecnológico. Comparo Valencia con Tel Aviv, que es una ciudad más pequeña que la nuestra y que ha sido capaz de captar inversiones de las principales empresas tecnológicas del mundo. Valencia tiene que ser más proactiva a la hora de exponer y ofrecer nuestras posibilidades. Quedan dos o tres grandes operaciones urbanísticas como la fachada marítima o el final del Jardí del Turia. El Ayuntamiento debería colaborar más con Feria de Valencia en la captación de inversiones. En Valencia necesitamos instituciones que se muevan, que salgan del despacho y busquen por todo el mundo inversiones y acuerdos para la ciudad.
P. La izquierda apuesta por políticas de gasto para reactivar la economía, pero supongo que no es menos importante unas cuentas públicas equilibradas. ¿Cómo hacerlo?
R. Algunas veces oigo con sorpresa a algunas fuerzas políticas que no hay que pagar la deuda. Creo que la deuda o la pagas o hay consecuencias graves para la ciudad. Hay que cumplir la ley y a partir de ahí, trabajar. No tenemos derecho a cargar a las generaciones futuras los desequilibrios de hoy y aquí hay una gran costumbre de hacerlo. Pensemos que el Ayuntamiento y la Generalitat está adquiriendo deudas más allá del 2050. Eso no se puede consentir.Todos los años pagamos ocho millones de euros en intereses de demora, que parece poco pero son más de 1.000 millones de las antiguas pesetas.Es importante el rigor pero también la gestión.
P. ¿Ve determinante que Valencia crezca en población?
R. Es un dato importante. Cuando uno ve en los informes sobre grandes áreas metropolitanas del mundo que estamos bajando desde hace unos años y uno de los síntomas de esa decadencia es que la gente no viene, sino que se va, es un síntoma. Tenemos que intentar crecer, hacer una reserva de suelo por si acaso y aumentar la densidad de la ciudad consolidada.
P. En estos cuatro años, en el debate del estado de la ciudad, que ustedes recuperaron, ¿se ha sentido acallado por la mayoría absoluta del PP en los plenos?
R. No hay en ninguna ciudad europea normal donde se rechazan más del 90% de las propuestas de los grupos de la oposición. ¿Qué soberbia es? Como pueden creer que tienen la verdad absoluta. El primer dia que llegué dije que tendía la mano para llegar a acuerdos estratégicos en la ciudad. Hay cosas como el plan general que se tiene que acordar porque la persona que invierte aquí no puede estar pendiente de quien gobierna cada cuatro años. No han dialogado en nada, prácticamente. No ha habido un solo acuerdo. Y lo que me parece profundamente antidemocrático es que no haya querido participar en ladebatir en los plenos con la oposición.
P. ¿Por qué cree que ha rehuido el debate con la oposición?
R. Porque ya no está en este mundo, en el sentido político. Si la colocáramos en una escena del ministerio del tiempo estaría 90 o 100 años atrás. Es un tipo de administración que ya no existe, es un tipo de administración del pasado. Hace tiempo [Barberá] que ha dejado de conocer los problemas reales; hace cuatro días seguía diciendo que esta ciudad era una de las más limpia de Europa. Hay una desconexión muy grande con la realidad y ha despreciado a la oposición.
P. ¿Le preocupa lo que dicen las encuestas, que señalan que podrían dejar de ser segunda fuerza política en el Consistorio?
R. No tengo ninguna preocupación por las encuestas, ninguna. Vamos a quedar muy bien, no tengo la menor duda. Si no la primera, seremos la segunda fuerza política. En todo caso, quienes tienen la preocupación de las encuestas son los que las han hecho, porque hay mucha incertidumbre, muchos indecisos. Y lo peor es que las empresas demoscópicas tienen el menor número de referencias para saber qué van a hacer esos indecisos. Por tanto, nuestra posición no la perderemos. Estamos creciendo.
P. ¿Y de pactos postelectorales?
R. El primer objetivo es que el PP deje el Gobierno municipal porque está haciendo daño a Valencia. Somos un partido de gobierno pero tenemos como línea roja la corrupción. A partir de ahí, estamos abiertos a acuerdos con todos. Nuestra bandera es la reactivación económica, más medidas sociales y transparencia. Lo más importante es que los ciudadanos se pronuncien y abrir un tiempo nuevo de diálogo y acuerdo. Hay una realidad en toda Europa y son los modelos de gestión donde hay espacio permanente de diálogo y acuerdo. Ana Hidalgo, alcaldesa de París, me dijo que pasa muchas horas a diario debatiendo y pactando y a mí esa fórmula me parece más sólida.
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