El PSOE intenta atraer a Podemos y Ciudadanos con respuestas concretas

Todo hace pensar que la incógnita sobre la investidura de Susana Díaz no se despejará hasta que el lunes comience la sesión plenaria. El no a la elección de la socialista como presidenta de la Junta sigue en la boca de todos los grupos de la oposición: Partido Popular, Podemos, Ciudadanos e Izquierda Unida. Además, en algunos casos, como el de Podemos, el enojo con los socialistas va en aumento porque creen que el PSOE está bloqueando de manera intencionada el funcionamiento normal de la Cámara hasta que Díaz resulte elegida presidenta de la Junta. También lo creen así el Partido Popular e Izquierda Unida.

Aunque el PSOE asegura que persigue convencer a todos los grupos para que dejen pasar la elección de Díaz, su interés se centra en atraer sobre todo a los 15 diputados de Podemos y a los nueve de Ciudadanos. Estos grupos quieren constancia por escrito de sus demandas, algo a lo que el PSOE está dispuesto. “Tendrán respuesta puntual”, aseguró este miércoles el portavoz del grupo socialista, Mario Jiménez. Lo que no dijo es cuándo.

Los socialistas dan a entender que están manejando los tiempos a su ritmo. Mientras que las nuevas formaciones, como Podemos y Ciudadanos, creen que utilizan modos antiguos de la vieja política y que no se enteran de que “las reglas del juego tienen que cambiar”, aseguró la portavoz de Ciudadanos, Irene Rivera. La líder de Podemos, Teresa Rodríguez, cuestionó que el PSOE les envíe mensajes a “golpe de titular”.

Nadie en el PSOE cree posible que las 16 abstenciones que Susana Díaz necesita para salir elegida en la segunda o sucesivas votaciones se anuncien antes del debate. En la primera, que se celebrará el próximo martes día 5, todos los grupos han anunciado que no sumarán sus votos a los 47 del PSOE para que Díaz sea investida con mayoría absoluta.

La presidenta en funciones utilizará su discurso inicial del lunes y las réplicas a los portavoces de los cinco grupos el martes para hacer guiños que convenzan a estos de que la dejen formar gobierno. Hasta entonces va a ser muy difícil que nadie enseñe sus cartas. Díaz prepara una intervención con cuatro líneas argumentales: lucha contra la corrupción; empleo y recuperación económica; blindaje de las políticas sociales; y financiación autonómica. Como es obvio, en ella incluirá sus promesas electorales, pero recogerá también las que le han planteado la oposición. “Habrá guiños para unos más que para otros”, indicaron fuentes del Gobierno. Es decir, más para Podemos y Ciudadanos que para el PP e Izquierda Unida. A estas dos fuerzas las ven más refractarias a sus posiciones.

IU apenas si recibe llamadas de sus antiguos socios. Sus cinco diputados no pesan lo suficiente para cuadrar números en este momento, aunque sí lo serían en caso de votaciones por mayoría de tres quintos del Parlamento andaluz. Con el PP, los contactos no han avanzado desde que su presidente regional se entrevistó con Susana Díaz en San Telmo cuatro días después de las elecciones andaluzas del 22 de marzo. El PP exigió este miércoles a Díaz que asuma en primera persona las negociaciones y acusó al PSOE “de estar manejando” al Parlamento con la investidura, dijo Carlos Rojas. Palabras más duras empleó la portavoz de Podemos: “Utilizan el Parlamento como rehén de las negociaciones”. Lo dijo en relación con un supuesto retraso en la constitución de las comisiones, que no es tal.

Al PP las presiones para que se abstenga en la elección de Díaz le llegan a través de interlocutores influyentes del mundo económico. Y no llaman a Juan Manuel Moreno sino a la dirección nacional del PP, según varias fuentes.