El hospital sale a la calle en Porsche

El Samur dispone desde ayer de un novedoso sistema para revertir las paradas pardiorrespiratorias, utilizado hasta ahora tan solo en París. Este sistema consiste en conectar al paciente que no responde a las maniobras de reanimación a una máquina que bombea la sangre como si se tratara del corazón. Todo ello se hará en plena calle, como si se tratara del quirófano de un hospital. Este nuevo aparato se transportará en un deportivo todoterreno de la marca Porsche, que lo ha cedido de manera gratuita al Ayuntamiento de la capital.

La nueva técnica, conocida por sus siglas en inglés como ECMO (oxigenación con membrana extracorpórea) se inició en el hospital parisino de Necker y ahora está previsto que se extienda a otras ciudades como Londres y Viena. El aparato se traslada en una llamativa maleta amarilla —igual que el color corporativo del SAMUR— y que se aplicará a los casos más extremos de paradas.

La forma de actuar de los sanitarios municipales cambiará poco. “Lo importante es que la gente se implique en lo que llamamos la cadena de la vida y avisen cuanto antes de que hay una parada cardiaca”, explica el directivo del Samur, Javier Quiroga. Mientras llegan los servicios de emergencia, el propio comunicante puede iniciar las maniobras de reanimación. Después, serán los especialistas quienes tomarán el relevo.

Los bomberos dispondrán de un robot teledirigido para desescombrar

Los facultativos seguirán sus protocolos de actuación: le intubarán, le suministrarán suero y le desfibrilarán, según sea conveniente. La novedad llegará a partir de aquí. Si se han agotado los 30 o 40 minutos de reanimación cardiopulmonar avanzada y el paciente sigue sin responder, es cuando entrará en funcionamiento la ECMO. En el Porsche Cayenne S E-Hybrid viajará la maleta amarilla y los facultativos entrenados para esta técnica, que dura unos 10 minutos.

El protocolo recoge que los médicos diseccionen la vena y la arteria femoral. En ambas se colocan sendos catéteres. Por la vena se saca la sangre y se mete en una pequeña bomba en la que se suministra al paciente suero salino con eparina —para reanimar el corazón—. A la turbina también se le suministra oxígeno a través de una membrana. Esta permite a su vez sustraer el anhídrido carbónico.

“Esta membrana y la pared de la bomba funcionan igual que un alveolo pulmonar. Gracias a la hemoglobina y los glóbulos rojos, se puede ceder ese anhídrido”, explica Quiroga. La sangre, ya oxigenada, regresa a través de la arteria al corazón y al cerebro, la principal misión de esta técnica. “En París ha dado un buen resultado, con la recuperación del 10% de los pacientes a los que se le ha aplicado”, reconoce Quiroga.

El tiempo de respuesta es “muy corto”, según los especialistas, lo que permitirá que el vehículo esté en cualquier parte de la ciudad en minutos. Durante los próximos días se entrenará a médicos y a enfermos en la práctica de esta técnica para reducir los tiempos en que se aplica y mejorar aún más los resultados.

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, destacó que suelen recuperarse el 23,6% de las paradas cardiacas que se producen en la capital, lo que está muy por encima del 10% de otras capitales europeas y norteamericanas. Con la ECMO se espera incrementar el nivel de éxito en un 8%, gracias a esta Unidad de Reanimación Extracorpórea (URE).

El sistema se estudiará junto con el hospital Clínico, que permitirá el seguimiento de este análisis y la obtención de datos para compararlo con los ya existentes.

Este nuevo sistema de reanimación de los pacientes en parada refractaria (la que no responde a los estímulos ni a los medicamentos) no fue la única novedad presentada ayer por Ana Botella, en el último día en el que se podían hacer inauguraciones antes de las elecciones. Tras el acto del Palacio de Cibeles, entregó en el parque del Retiro a los bomberos nuevos materiales y vehículos, entre los que destacan todoterrenos para los jefes de guardia. El material que más llamó la atención y que es pionero en toda Europa es un pequeño robot dedicado a la demolición y desescombros de edificios y de obras que han sufrido algún daño.

El robot es dirigido a distancia por un bombero y permite continuar con las labores de apeo dentro de una estructura derrumbada sin que exista riesgo para la integridad física de los bomberos que participan. La inversión de los nuevos 19 vehículos de los bomberos ha sido de 6,2 millones de euros.