Revivir a las mujeres de Goya

Cuando mi sordera se hizo evidente en 1994 dejé de actuar. No fue fácil. Perder el oído te aísla. No entiendes a los otros y los otros no te entienden”, señala Else-Marie Laukvik, una de las actrices fundadoras del Teatro Odín de Eugenio Barba, la compañía danesa que hace 50 años dió un giro a la manera de crear sobre las tablas.

Laukvik, noruega de 70 años,quedó sorda como Goya tras una enfermedad que llegó por sorpresa y se desarrolló lentamente. Y por eso se acerca a la obra del pintor desde su experiencia personal que le trae a Madrid, —por invitación de Residui Teatro— a dirigir desde hoy un taller para actores y bailarines, titulado Las mujeres de Goya. “En muchas de sus primeras pinturas las mujeres son hermosas y agraciadas, suaves, pero cuando enfermó de fiebre, Goya probablemente empezó a ver al mundo y a las mujeres de otra manera y entonces aparecen las prostitutas, las mujeres viejas, las locas, las brujas. El pintor va de las mujeres más suaves a las oscuras, es una gran fuente de inspiración, su obra es monumental”, explica la actriz.

Para el taller de creación e interpretación que impartirá junto a Gregorio Amicuzi en Madrid, Laukvik utiliza la metodología del teatro Odín. La compañía que el italiano Eugenio Barba fundara en 1964 en Dinamarca, fue pionera en darle prioridad a la expresión del cuerpo por encima del texto dramático. “Cuando empezamos hace 50 años no había grupos de teatro, solo los teatros nacionales. Barba estuvo trabajando con el director de teatro Grotowski en Polonia y aprendió de él lo importante que era usar el cuerpo. Hallar esa expresividad a través del cuerpo es una labor casi como la de un artesano. Nuestro trabajo esta entre el teatro y la danza”.

Perder el oído te aisla. No entiendes a los otros y a ti nadie te entiende Else Marie Laukvik

Sin embargo, Laukvik enfatiza que lo que ellos crearon no es danza. La disciplina que creó el Teatro Odín, no tiene una coreografía rígida. No sigue una secuencia de pasos específica y preestablecida.

Barba creó el concepto del cuerpo transparente, que como explica Laukvik se trata de “cuando el mundo interior del actor se vuelve tan claro que es visible para la audiencia”.

Laukvik y Amicuzi trabajarán con los participantes del taller por medio de improvisaciones. El material más sobresaliente de cada improvisación se fijará para hacer una estructura final. “La composición de cada momento dramático, la construyo como si fuera o un sketch para una pintura. Cada escena es un cuadro. Así, lentamente me gustaría que en el taller cambiemos de una imagen a la otra”.

La intérprete dice imaginar cómo debió ser para Goya estar enfermo con fiebre y de pronto tener alucinaciones. “Yo espero que estas figuras, estas mujeres, los personajes en las obras del pintor, salten fuera del cuadro y puedan hablar, es lo que visualizo. Pero nunca sabes lo que va a suceder, cuando diriges, porque es como un viaje”, sostiene. De esta manera los participantes al taller deben también llevar textos, incluso de canciones. La base visual para cada cuadro teatral son las pinturas de Goya, sin embargo, se sumarán diferentes textos aún por descubrir.

La actriz ha retornado a las tablas desde que utiliza unos audífonos que le han permitido participar nuevamente en el mundo con sus sonidos. Laukvik volvió a actuar en 2004. “Para mí fue como un milagro volver a escuchar”. Lo dice con la alegría en la voz del que revive y celebra aquel primer momento otra vez. “Había pensado que era mi final como actriz y de repente y sin esperarlo pude regresar. La gente no se da cuenta de que uso audífonos. Si hay mucha gente a mi alrededor estoy perdida, pero sobre las tablas o cuando doy clases a pocas personas con los audífonos escucho bien”.

Durante los años que dejo de actuar Laukvik siguió vinculada al Teatro Odín. “Aprendí a hacer tablas de Excel y más tarde a diseñar páginas web y editar videos”. La actriz presentará al final del taller la película Mis niños en escena que es un recorrido a través de su vida profesional.