Traje inglés, callos madrileños

1. Parque Juan Carlos I. Aquí corro con mi entrenadora, Carolina Prato, varios días a la semana. Me gusta correr a primerísima hora, cuando todavía está amaneciendo y está todo impregnado de humedad. Me imagino que estoy en otra parte del mundo. Mientras avanzamos, van apareciendo los colores de los árboles, de la tierra, del agua, también los olores...(Glorieta de Don Juan de Borbón y Battemberg, 5).

2. Sastrería Jajoan. Lo último que me he hecho ha sido un esmoquin para una cena de gala y Alejandro García Rodríguez nunca falla. Tiene un aire inglés, clásico, en todo lo que hace, que sienta muy bien. Y los precios son muy asequibles (General Díaz Porlier, 41).

3. Museo de Arte Público de Madrid. Siempre que tengo una reunión en la zona, no sé cómo, acabo cruzando por ahí. Merece la pena pararse cinco minutos, sobre todo en verano. El otro día me senté allí con mi amigo el pintor Manuel Moreno, que me dio una visión muy diferente y divertida de las obras (Paseo de la Castellana, 40).

4. Bodegas Ricla. Me gusta ir a tomar el vermú y pedir dos platillos clásicos de Madrid que aquí hacen como en pocos sitios: los callos y los boquerones en vinagre, que cada vez se ven menos (Cuchilleros, 6).

5. Peluquería-barbería Pedro Romero. Es un sitio muy tradicional al que voy desde hace más de 10 años, y siempre me cortan el pelo y la barba como le apetece a su propietario. Tenemos ya tanta confianza que ni siquiera hace falta que pregunte lo que quiero o necesito (Víctor Andrés Belaúnde, 20).

6. A vÁnvera. Diría que se trata del restaurante italiano más interesante de la ciudad ahora mismo. Parece mentira que hace nada Luigi Bertaccini se dedicara al mundo empresarial. Siempre que puedo acercarme pido su pizza con trufa (Zurbano, 85)

7. Cines Callao. No voy a otro desde pequeño. Para mí ir al cine es ir allí. De hecho, solo veo las pelis que ellos estrenan. Recuerdo una sesión muy divertida al lado de dos señoras de avanzada edad viendo La piel que habito, de Almodóvar; comentaban con la típica voz alta de quien ya no oye bien: ¿Pero este no era un hombre?

8. Frutería D’Aliste. Manuel Casas es mi as en la manga para todos los otoños. Me trae las mejores setas que se pueden encontrar en Madrid para poder ofrecérselas a mis clientes. Y además siempre procuro guardarme algunas para cocinarlas también en casa (José Lázaro Galdiano, 2).

9. Juguetería Zigzag. Suelo pasarme a ver qué tienen cuando quiero comprarles alguna cosa a mis tres hijos. La verdad es que soy de pocos juguetes, pero busco que sean buenos y especiales. Me encanta su selección (Válgame Dios, 6).

10. Librería A punto. La descubrí hace poco en una grabación para un programa de la televisión y me pareció muy valiente su apuesta por la especialización. Lo tienen todo en gastronomía y además han sumado un espacio único donde imparten cursos de cocina (Hortaleza, 64).