El jefe de la patronal alerta de que Podemos amenaza la estabilidad

El máximo representante de la patronal gallega se ha sumado a las voces del mundo financiero y empresarial que se han posicionado públicamente contra Podemos con avisos sobre las posibles consecuencias de sus propuestas económicas. Para el presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), José Manuel Fernández Alvariño, la emergencia de Podemos —aunque no citase expresamente a esa organización política— es una amenaza porque puede “quebrar cualquiera estabilidad”.

 En una entrevista en Radio Galega, preguntado por los principales riesgos para la economía española en 2015, Alvariño citó dos asuntos políticos: la “irrupción de partidos populistas sin un mensaje económico claro” y el “independentismo catalán”. El jefe de la patronal aludió de modo inequívoco al partido de Pablo Iglesias al señalar: “Cuando se habla de asaltar el cielo o de romper cadenas, los empresarios siempre decimos que los asaltos al cielo se hacen creando empresas y romper las cadenas se hace contratando”.

El presidente de la CEG definió a Podemos —siempre citado bajo la etiqueta de “los populistas”— como “gente que se quiere aprovechar de un descontento lógico” y criticó que esté difundiendo la “generalización de que todos robamos”. “No es así”, afirmó. “España tiene enormes y magníficos políticos que son los que tienen que intentar gobernar y administrar este país”, declaró.

Alvariño también se sumó, aun con cierta cautela, al mensaje oficial de optimismo sobre la marcha de la economía en 2015. Admitió que la “crisis es terrible” y que la mejoría “tardará en llegar a las familias”, pero se mostró confiado en que el empleo siga creciendo y que en “algunos sectores económicos” se registren subidas salariales. En el caso de Galicia, pronosticó que el PIB crecerá dos o tres décimas más que en el conjunto de España, predicción que basó en el buen comportamiento de los sectores naval y del automóvil así como en el turismo. Alvariño instó además a reconocer los esfuerzos que ha hecho la Xunta actual por desarrollar una “política industrial”.