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Madrid cierra su ‘ventanilla’ para atraer rodajes de Hollywood

La Film Commission, que vendía la imagen cinematográfica de la capital y captaba producciones extranjeras, desaparece por insuficiente apoyo público y empresarial

Rodaje de la película 'Balada triste de trompeta', de Alex de la Iglesia, en el barrio de Chamberí en enero de 2010.
Rodaje de la película 'Balada triste de trompeta', de Alex de la Iglesia, en el barrio de Chamberí en enero de 2010.SAMUEL SÁNCHEZ

Nadie responde al otro lado de la línea de teléfono. La página de Internet está en blanco. La entidad financiada por la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital para ayudar a directores de cine y estudios de todo el mundo a ponerse en contacto con socios españoles, encontrar localizaciones donde filmar en la región, conseguir los permisos correspondientes a nivel autonómico y municipal, contratar a especialistas locales y, en general, prestar toda la ayuda posible para atraer desde rodajes de anuncios de televisión a grandes producciones de Hollywood, está fuera de servicio. La fundación Madrid Film Commission, creada hace 10 años, ha dejado de existir tras una larga agonía económica que ni sus socios privados ni esas dos Administraciones (en manos del Partido Popular) han evitado.

Se le atribuye al dramaturgo ruso Antón Chéjov la premisa de que, si en el primer acto aparece una pistola en escena, antes del telón final habrá de dispararse. El pasado mes de junio, los gestores de la Madrid Film Commission denunciaron a EL PAÍS su ahogo económico por la falta de ayuda de productores y Administraciones. En sus orígenes, la fundación disponía de un presupuesto de 600.000 euros anuales. “Rodar en Madrid siempre ha sido muy costoso y complicado”, decía en 2003 el director José Luis Borau, convencido de que el sector estaba pidiendo a gritos un organismo como ese. Ya existía en otras ciudades, y a nivel nacional (desde 2001), pero no en Madrid, donde se concentraba el 75% de la producción audiovisual.

La iniciativa contó entonces con un entusiasta respaldo político. Tanto la Comunidad como el Ayuntamiento quisieron desde el principio integrarse en el patronato de la fundación, constituido por la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales Españoles (Fapae) y la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales (Egeda), además de la Cámara de Comercio de Madrid y la Confederación Empresarial de Madrid.

UPyD pide explicaciones al PP

  • Unión Progreso y Democracia ha registrado dos iniciativas en la Asamblea regional para que el Gobierno autonómico, presidido por Ignacio González (Partido Popular), explique los motivos que han llevado a la liquidación de la Madrid Film Commission.
  • El partido que lidera a nivel autonómico Luis de Velasco ha preguntado además "de qué forma se va a promocionar ahora la imagen de la región mediante el fomento de la localización de rodajes de películas en la Comunidad de Madrid".
  • El portavoz adjunto de UPyD en la Asamblea, Ramón Marcos, está interesado en conocer también las circunstancias que han llevado a que la fundación, que debe recibir este año una subvención regional de 30.000 euros y otros 70.000 euros del Ayuntamiento de la capital, "resulte cuando menos poco eficiente para que al final acabe cerrando".

Asumió su presidencia el productor Enrique Cerezo, al frente también de Egeda, que defendió la importancia de los rodajes para la economía regional: “El 30% del presupuesto se va en restauración, transporte, etcétera, lo que supone la creación de puestos de trabajo”. La entonces presidenta regional, Esperanza Aguirre (PP), señaló: “Madrid es la meca del cine y queremos que se convierta en un plató de primera categoría mundial y, sobre todo, europea”.

Eran tiempos de bonanza. En 2006, una decena de películas dejaron 55 millones de euros en la Comunidad. Los fantasmas de Goya, una coproducción hispano-estadounidense dirigida por Miloš Forman, supuso 20 millones, de los que casi 800.000 sirvieron para restaurar el palacio del Infante don Luis, en Boadilla del Monte. El Gobierno regional calculaba entonces que el sector audiovisual suponía casi el 2% del Producto Interior Bruto regional.

Pero meses después comenzaba una crisis que aún perdura y que desembocó en la extenuación o quiebra de gran parte de la industria audiovisual y en fortísimos recortes de presupuesto público. La puntilla fue la eliminación en 2012 del canon por copia privada, que según Egeda servía para financiar casi en exclusiva la fundación, amén de otras iniciativas como las escuelas de cine de Madrid y Barcelona o los festivales de San Sebastián y Málaga. Todos ellos han sobrevivido: la Madrid Film Commission, no.

La pistola se disparó en la pasada (y última) reunión del patronato, por iniciativa de Egeda (“¡somos los únicos que ponemos dinero!”, se quejan fuentes de la entidad) y ante la falta de aportaciones económicas de las asociaciones empresariales y la escasez de recursos públicos. En 2013, la Madrid Film Commission asesoró 132 proyectos (114 españoles y 18 extranjeros) y gestionó 1.538 permisos (500, para proyectos internacionales) y 146 localizaciones (48, para proyectos foráneos).

Para 2014, contó con dos subvenciones públicas: la Comunidad aportó 30.000 euros (de los que, según fuentes de la fundación, a finales de año no se habían recibido aún la mitad), y el Ayuntamiento dio 70.000 euros, pero ligados fundamentalmente a la producción de “un publirreportaje bilingüe, de unos 14 minutos, que mostrara los mejores escenarios de la capital, que la industria audiovisual y el turismo tienen en común”.

Hace un año, la fundación tuvo que prescindir de uno de los tres empleados que le quedaban. En julio dejó marchar a otro. Restaba sólo su director. En diciembre, el teléfono ha quedado mudo.

El futuro, en manos privadas

Que nadie coja el teléfono ya en la sede de la Madrid Film Commission, en la Ciudad de la Imagen (Pozuelo de Alarcón), no significa que haya dejado de sonar.

Los permisos de rodaje en la capital se han multiplicado en los últimos años, pasando de 5.000 en 2004, cuando se creó la fundación, a 8.500 este año.

Las funciones de la entidad extinguida podrían ser asumidas en unos meses por una asociación privada que cumpla el mismo papel, aunque no de forma gratuita, como hasta ahora.

En cualquier caso, la Comunidad (que tenía previsto aportar 30.000 euros en 2015, supeditados eso sí a objetivos concretos) y el Ayuntamiento de la capital se han puesto de acuerdo para que la promoción de Madrid ligada al cine sea asumida por el nuevo ente de promoción turística que, tras un año de negociaciones, acaba de nacer con mayoría de capital privado.

“Nos sorprendió la decisión de la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales de cerrar la fundación, habíamos hecho un esfuerzo enorme por mantenerla”, señalan fuentes municipales. El Ayuntamiento tiene previsto reunirse antes de final de año con los responsables de la Asociación Madrileña Audiovisual (creada en 2008) para tratar de resolver el problema creado con la desaparición de la fundación.

La Comunidad, por su parte, confía en que el nuevo ente de promoción turística recoja en breve no sólo el testigo de la Madrid Film Commission sino también esa misma denominación.

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