En libertad tres de los cuatro detenidos por Agrofruit y Ebrefruit

Los Mossos d'Esquadra han dejado en libertad a tres de los cuatro directivos detenidos de las empresas Agrofruit y Agroebre, que representan a la mayor exportadora de cítricos de las Tierras del Ebro y que acumularían un presunto agujero contable de 50 millones de euros, según fuentes cercanas al caso. También se investiga si uno de los anteriores gestores de las compañías se embolsó de forma fraudulenta alrededor de 300.000 euros. El consejero delegado, Adolfo Algueró; el presidente, José Forés, y el exconsejero delegado, Fernando Ferrer, se encuentran en libertad tras prestar declaración en dependencias policiales. El exdirector general, Xavier Guarner, permanece aún arrestado y ha pasado la noche en la comisaría de los mossos de la localidad, han precisado las mismas fuentes. Los implicados serán citados a declarar por el juzgado de instrucción 2 de Tortosa, que investiga el caso.

La Unidad Central de Delitos Económicos y falsedad de la moneda de los mossos irrumpió ayer por la mañana en las dependencias de las dos empresas, que comparten accionistas, y las registró durante casi cinco horas en el polígono Baix Ebre de Campredó (Tortosa) por orden judicial. La investigación policial arrancó en otoño del año pasado. En julio de 2013, Agrofruit había presentado en el Juzgado Mercantil de Tarragona un preconcurso de acreedores y había encargado una auditoría ante las sospechas de que las cuentas podrían haber sido manipuladas. En esta época fue despedido Guarner por presunta mala gestión. Sin embargo, ayer para sorpresa de los agentes Guarner se encontraba trabajando en las oficinas de las compañías. De hecho, Guarner fue una de las primeras personas que se encontraron los mossos al iniciar el registro en las empresas dado que habría sido contratado de nuevo en el área de exportación, según diversas fuentes. En septiembre de 2013 Agrofruit presentó concurso de acreedores y arrastró a la misma situación a Ebrefruit, que se había convertido en avaladora solidaria de la primera ya que comparten accionistas. Algunos socios habrían aportado 600.000 euros en una ampliación de capital para poder iniciar la campaña de ese año y mantener a flote Agrofruit. Un informe contable externo detalló hace un año “irregularidades contables” en la empresa, como facturas y subvenciones mal contabilizadas.

Ante los temores desatados entre socios y clientes, Agrofruit quiere transmitir calma. “La compañía continúa trabajando, estamos en plena campaña de encargos, los serviremos y tengo el apoyo del administrador concursal, esto ha ocurrido cuando estamos a punto de acordar un convenio con los diferentes acreedores. Seguiremos trabajando con total normalidad”, ha explicado el abogado y portavoz de Agrofruit, Xavier Faura. “No puedo explicar la situación de la empresa porque se encuentra bajo secreto de sumario la investigación, pero esto deriva de una denuncia, hace un año y medio, en el momento previo del concurso de acreedores”, ha dicho Faura. El abogado de Agrofruit añade que Guarnier continúa detenido por “cuestiones que le afectan a él”. Guarnier es jefe de una de las áreas de producción del grupo. Faura admite que el agujero contable marcada por el administrador concursal se sitúa en 50 millones de euros, aunque argumenta que en esta cifra se incluyen avales a terceros y una hipoteca que pende sobre la nave de Agrofruit. “Lo que tenemos que pagar para salir de esta situación son 27 millones de euros. Debemos 22 millones a la banca, pero saldremos de esta, llevo estudiando la situación año y medio”, ha concluido Faura.

Las compañías se dedican a la exportación de naranjas, limones y mandarinas y están constituidas como Sociedad Agraria de Transformación (SAT), una figura legal ligeramente distinta a la de una cooperativa. Produce, transforma y comercializa productos agrícolas y sus reglas de funcionamiento, pese a gozar de beneficios fiscales, se parecen más a las de una empresa mercantil. Agrofruit y Ebrefruit cuentan con un millar de socios productores, muy preocupados por el futuro de sus cosechas tras el golpe policial.