Criterios y paradojas
El autor critica que Alberto Garzón pida responsabilidades a la cúpula de la formación en Madrid por el uso de las tarjetas 'black' y no a la andaluza por el caso de los ERE
En relación con las declaraciones realizadas por Alberto Garzón, en las que se refiere a mi persona, y en las que apunta la necesidad de mi cese o dimisión por ser presidente de Fundeste y por el caso de las tarjetas blackde Caja Madrid Bankia, deseo hacer las siguientes consideraciones:
— Dejé de ser coordinador regional de IU-CM y de tener responsabilidades ejecutivas hace 14 años, esto es en 2000.
— No he sido nunca en 40 años de militancia política y sindical sometido a cuestión, ni imputado ni incurso en causa alguna. Ni por jueces, ni denuncias públicas o privadas, ni por medios de comunicación, ni otros partidos ni instituciones o movimientos sociales.
— A la dirección federal le consta y yo hice entrega personalmente de documentación relativa a Fundeste y su situación legal, observando en el informe del Tribunal de Cuentas, irregularidades similares a las que se dan en otras fundaciones y organizaciones de Izquierda Unida.
— En la historia de IU se han dado desgraciadamente casos de irregularidades y corruptelas en distintos momentos y lugares. En estos días estamos viendo los hechos en torno a Fitonovo, Mercasevilla, etc. Ya conocimos los de Camas, La Algaba o Manilva y conocemos la reclamación de la Diputación de Málaga a Famsi para que se justifiquen más de 250.000 euros.
Sea claro el compañero Garzón y no altere la naturaleza de las cosas, que eso es la corrupción"
— No me parece bien que IU salga en los periódicos locales acusada de que sus dirigentes colocan en cargos de responsabilidad política a sus familiares, y tampoco me agrada que me recuerden que IU se ha negado reiteradamente a constituir una comisión de investigación sobre los ERE y la Formación en Andalucía.
— Todo ello lo sufro y nunca me he pronunciado, porque respeto la federalidad, y porque entiendo que hay hechos de los que deben responder los culpables y que no son dados por falta de responsabilidad política, sino por exceso de ambición y deslealtad.
— He sido claro tanto en mi defensa de la existencia de las cajas como en mi desaprobación de la existencia de las tarjetas black, algo para mi desconocido, así como mi rechazo en su uso, que sólo ha generado perjuicios para IU y beneficios para su titular.
— Pedir capacidad de control a quien no tienen medios puede generar lucimiento, pero es una falacia. Ni IU-CM ni sus grupos tienen una capacidad que no ha tenido ni el Banco de España, ni Hacienda, ni los órganos de control de Caja Madrid, Bankia, ni los auditores. Ni siquiera la sapientísima Secretaria de Economía de IU Federal sabía nada.
Resulta paradójico que pida un cese de alguien que no tiene cargos ejecutivos desde hace 14 años"
— Pues bien, el compañero Alberto Garzón haciendo gala de un apreciación selectiva de los problemas, se refiere a la necesidad del cese del que esto escribe en una operación de limpieza que, por lo visto, quiere realizar.
— Ignoro el grado o nivel de complicidad que le lleva a no pedir responsabilidad política alguna en ninguna provincia andaluza o en la dirección de esa comunidad. No lo hago, por lo explicado, pero por lo mismo me resulta paradójico que pida un cese de alguien que no tiene cargos ejecutivos desde hace 14 años y no tenga nada que limpiar en casa. Una honestidad muy superficial.
Sea claro el compañero Garzón y no altere la naturaleza de las cosas, que eso es la corrupción. No compartimos discurso político y posiblemente tengamos diferencias en cuanto al proyecto que necesita la izquierda.
No compartimos lenguaje. Yo no quiero cortar cabezas ni clavarlas en picas en ninguna plaza
No compartimos lenguaje. Yo no quiero cortar cabezas ni clavarlas en picas en ninguna plaza. Hay que superar el feudalismo, no sólo en la economía. No soy persona obediente y por eso estoy en IU.
Siempre he procurado defender un discurso basado en la necesidad y no en los deseos. Creo que la ideología lo es, cuando toma cuerpo material en propuesta; no ideologizo, creo que el discurso de la necesidad crea estrategia y organiza y que la ideologización izquierdista es madre de frustraciones y necesita predicadores.
Creo con un histórico dirigente, que quien no llega con los hechos donde llega con las palabras no es un revolucionario, sino un charlatán. Sé que estamos en tiempo de charlatanes y sé que lo moderno es denostar un supuesto Régimen del 78 y que quizá se refiera a la Constitución. Si a eso se refiere, a ese pertenezco yo. Cuando luchamos por traer y consolidar una democracia que nacía de la entraña de la dictadura para hacer posible que hoy quien quiera pueda cuestionar lo que considere sin ninguna traba.
Yo tenía 24 años y 20 más tarde fui diputado. Muy tarde, ahora se entra al Régimen con 24 o 25. Tengo claro el derecho y el deber de cambiar y cambiarlo todo si fuere necesario. Sólo pido un proyecto real, no un discurso sin contradicciones que no tiene sujetos ni alianzas, ni programa ni organización.
No estoy en los discursos de lo que apetece oír, porque me parece que abusan y se nutren de la desesperación de la gente. Estoy en discursos que marcan caminos más difíciles, y que necesitan organización, conciencia, determinación y constancia.
Es muy posible que no estemos en lo mismo. En cualquier caso, pediría tranquilidad. Compañero Garzón eres un diputado elegido por el método antiguo, como yo concejal. Aún eres un candidato en primarias internas. Tranquilidad. Y recuerda que en IU, cuando toca, elegimos coordinadores, no reyes. Es nuestro ADN.
Ángel Pérez es portavoz del Grupo Municipal de IU de Madrid
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.