El PP remodela por cuarta vez en la legislatura a su grupo parlamentario
El ex secretario general Antonio Sanz recobra de nuevo más protagonismo
En política, las imágenes valen tanto o más que las palabras. Desde que se inició la novena legislatura andaluza, el grupo popular no ha parado de experimentar cambios como consecuencia del resultado electoral de marzo de 2012, en el que fue el más votado, pero sin mayoría absoluta. La primera fila de la bancada popular ha sufrido desde entonces muchas transformaciones por la renuncia primero de Javier Arenas, luego de Juan Ignacio Zoido y ahora de la secretaria general del PP, Dolores López Gabarro, al optar por su cargo de alcaldesa de Valverde en lugar de su escaño. Es una decisión que ha tomado, al igual que los alcaldes de Sevilla, Córdoba, Huelva y La Mojonera (Almería), por la plena entrada en vigor de la ley Electoral andaluza, que declara incompatible los cargos de alcalde y diputado.
Esta salida va a obligar al presidente del PP, Juan Manuel Moreno, a remodelar por cuarta vez en lo que va de legislatura al grupo parlamentario y a ordenar la asignación de pupitres en la que el tercer puesto lo ocupa ya el ex secretario general del PP con Arenas y presidente del partido en Cádiz, Antonio Sanz. En el PP se interpreta este mayor protagonismo como una forma de agradecimiento a Sanz, ya que tuvo que ceder su escaño en el Senado a Moreno. El PP empezó la legislatura con cuatro portavoces adjuntos y ya va por nueve. Lo único que no ha cambiado en estos vaivenes internos ha sido el portavoz, Carlos Rojas, quien ahora pasará a ocupar el primer asiento del grupo que deja libre López Gabarro, a la que Moreno le había encomendado dar la réplica a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en los grandes debates.
Aunque está por ver el encaje de la secretaria general del grupo y nueva diputada por Sevilla, Macarena O'Neill, con un perfil más técnico que político, Moreno no va a optar de nuevo por busca un tándem, según fuentes del PP. También tiene completamente descartado dar mayor protagonismo dentro del grupo a Esperanza Oña, la única alcaldesa que ha preferido seguir con su acta de diputada y en su puesto de vicepresidenta de la Cámara. “Cuando haya que utilizarla y si conviene, se la utilizará”, aseguran en el PP que hará su presidente regional.
En el PSOE —que también ha sufrido cambios en el grupo tras el relevo de José Antonio Griñán por Susana Díaz— se interpreta la permanencia de Oña como una manera de postularse en caso de que Moreno pinche y no consolide su liderazgo. La propia Susana Díaz ha hurgado en ese flanco. Lo hizo en el pasado pleno del Parlamento cuando aseguró que algunos en el PP “han encontrado una esperanza para Andalucía”, en alusión a Oña.
Aunque la capacidad dialéctica de Oña nadie la pone en duda en el PP, la diputada por Málaga no tiene apoyos internos relevantes en su partido porque “no ha cultivado muchos amigos”, aseguran varias de las fuentes consultadas. La propia interesada ha negado tener otra aspiración que la de ser diputada porque “si la tuviera, lo diría”, afirmó en una entrevista a El Mundo.
Moreno alerta del "riesgo de un cóctel de izquierdas" en los Ayuntamiento
Pero Moreno también es consciente de que hay dirigentes del PP nacional que tienen dudas sobre su capacidad de liderazgo frente al terremoto político de Díaz. El dirigente popular las atribuye a maniobras de María Dolores de Cospedal, la secretaria general que pujó y perdió en su apuesta por José Luis Sanz.
Buen conocedor de cómo se mueven los cuchillos en la sede de Génova, Moreno pretende mantener una hoja de ruta que pasa por permanecer tres días seguidos en cada provincia; resaltar sus propuestas alternativas —en ocho meses en el cargo, la primera ha sido la bajada de impuestos—; hablar de la pavorosa situación del paro en Andalucía; y “de vez en cuando” atacar a sus adversarios con la corrupción, un discurso que tiene un público entusiasta en el PP aunque este partido también está afectado por la plaga.
El presidente del PP aprovechará la larga campaña de las elecciones municipales de mayo de 2015 para subir en conocimiento, pero no vincula el resultado a su futuro. “Me mido en unas elecciones autonómicas”, dijo a EL PAÍS en una entrevista. Los populares son conscientes de que es “imposible” repetir los buenos resultados de 2011 —sacó casi siete puntos de ventaja al PSOE en el conjunto regional— y que su triunfo puede estar más en relación con la fragmentación del voto de la izquierda por la irrupción de Ganemos, el parachoques de Podemos. En un acto en Cádiz, Moreno alertó ayer del “riesgo” que supondría dejar a los Ayuntamientos en manos de un “cóctel de izquierdas”.
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