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Stop Subidas toma la iniciativa para evitar el aumento de tarifas en 2015

Las Administraciones aumentan su aportación al transporte público en 24 millones

Dani Cordero
Autobús de la línea V 17 de Barcelona.
Autobús de la línea V 17 de Barcelona. Massimiliano Minocri

Este año no quieren quedarse otra vez con la sensación de que llegan demasiado tarde. De que sus protestas en la calle y en las estaciones de metro ganen tamaño solo después de que se hayan aprobado las tarifas del transporte público de 2015. Por eso la plataforma Stop Subidas inició el pasado jueves sus movilizaciones, cuatro meses después de abandonarlas con la sensación de que ni Generalitat, ni ayuntamientos iban a transigir ante su petición: la retirada de la subida de precios aplicada a principios de año. Ahora tienen menos de dos meses para intentar frenar el aumento de las tarifas antes de su aprobación. Pero su objetivo es más ambicioso: retirar las de este año y volver a las de 2013.

“Es importante que la gente no se espere a recibir la bofetada para levantarse y protestar. Nosotros no queremos ser reactivos, sino propositivos”, afirma Arnau, uno de los portavoces del movimiento social que nació en enero pasado en Nou Barris y Sant Andreu. Días antes, el consejo de administración de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) había aprobado subir el billete sencillo un 7,5% (más de cuatro veces la inflación de 2013) y la tarjeta de diez viajes, la más popular, un 5,1%. Poco a poco las protestas fueron ganando volumen y pese a las amenazas del Ayuntamiento de Barcelona de multar a quienes bloquearan los accesos a cualquier transporte público, no pasó nada.

Lo que no hicieron las administraciones fue dar marcha atrás a las subidas tarifarias. Sí se comprometieron a inyectar más recursos públicos a partir de este año, tras denunciar que el encarecimiento del metro y el autobús estaba forzado por la precaria situación económica de la ATM, que arrastra una deuda de 546 millones de euros.

En invierno pasado las  administraciones no dieron marcha atrás a las subidas tarifarias pese a las protestas

Ahora hay incluso rumores de que este año se congelen tarifas, pero fuentes de las administraciones consultadas señalan que es demasiado pronto para confirmar ese punto. Sí es cierto, admiten, que el número de usuarios ha repuntado y que las Administraciones se han comprometido a inyectar más dinero público. El Ayuntamiento de Barcelona elevará su aportación en diez millones, el Área Metropolitana de Barcelona ingresará otros siete millones, la Generalitat pondrá 2,4 millones más y el Estado prevé elevar su aportación en cinco millones. En total, las Administraciones pondrán ahora 24,4 millones de euros.

Esas nuevas aportaciones reducirán la presión sobre una nueva subida de tarifas el mismo año en el que se celebrarán elecciones municipales, pese a que el discurso de la ATM es que los usuarios asuman el 50% del coste del transporte. En 2013 ese porcentaje fue del 42%. “Pueden poner todos los porcentajes que quieran, pero tenemos que ser conscientes de que todos esos recursos proceden de la sociedad, ya sea a través de los presupuestos o pagando el billete”, señala Arnau, quien reconoce que la primera movilización del pasado jueves, con unos 80 asistentes, no fue precisamente un éxito.

“Reclamamos una tarificación social y ambiental”, exige Ricard Riol, presidente de Promoció del Transport Públic, una de las 80 entidades que antes del verano caminaban junto a Stop Subidas. Se refiere a que no las tarifas no solo sean asumibles para toda la ciudadanía, sino que también sean competitivas respecto a lo que cuesta circular en moto por Barcelona.

Con la nueva tanda de movilizaciones Stop Subidas también quiere poner sobre la mesa sus dudas sobre la T-Mobilitat, la nueva fórmula de pago del transporte público que la ATM ha adjudicado a un consorcio liderado por CaixaBank e integrado por Fujitsu, Indra y Marfina. La plataforma recela de que empresas privadas deban desarrollar el sistema, del que obtendrán beneficios quedándose una parte de la tarifa que paguen los usuarios.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Es integrante de la redacción de EL PAÍS en Barcelona, donde ha desempeñado diferentes roles durante más de diez años. Licenciado en Periodismo por la Universidad Ramon Llull, ha cursado el programa de desarrollo directivo del IESE y ha pasado por las redacciones de 'Ara', 'Público', 'El Mundo' y 'Expansión'. 

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