Hay espacio en el claustro para los modistos jóvenes
La decimoséptima Semana de la Moda de Valencia arranca en el Centro del Carmen Se recupera el Espacio-D, pensado para darle un escaparate a los nuevos talentos
Si los medievales monjes del Convento de Nuestra Señora del Carmen hubieran podido viajar en el tiempo hasta nuestro siglo XXI, y así ver en qué se han convertido las estancias de su antiguo hogar y espacio de oración, se sentirían posiblemente contrariados. Bastante más que dándose una vuelta por la calle, y bastante más aún esta semana, en que el ahora Centro del Carmen acoge la XVII Semana de la Moda de Valencia. Pero seguro que, después del susto, se mezclarían con el respetable —si este tuviese a bien aceptar sus humildes hábitos y sus tonsuras como trending topic— y disfrutarían de los diseños que trae el certamen valenciano.
El antiguo espacio monacal, del que se aprovecharán la Sala Ferreres, el Claustro Gótico y el Claustro Renacentista, acogerá los desfiles de 43 diseñadores con el prêt-à-porter para la temporada de Primavera-Verano de 2015. Hasta el 27 de septiembre exhibirán sus diseños nombres potentes del panorama local, nacional e internacional, y también actividades paralelas a la pasarela.
Entre ellas destaca la Zona Village, un espacio de acceso libre en donde confluyen actividades, patrocinadores, exposiciones, concursos y encuentros de personajes y temas relacionados con el mundo de la moda
Es la espaciosa y blanca Sala Ferreres la que, con unos escalones y alrededor de 50 metros de longitud, se convierte en una de las pasarelas más extensas de Europa. Algo que alguna crítica tachó de “demasiado”. No en vano, el recorrido de las modelos es de, aproximadamente, un minuto y cinco segundos.
La Semana de la Moda recupera un espacio que se echó en falta el año pasado, la Zona D, en la que los talentos emergentes del sector tienen su escaparate para exhibir sus creaciones. El mejor de todos ellos recibirá el premio al mejor diseñador de la Zona D, lo que da el pase automático para desfilar con los mayores —la Pasarela General— en la próxima edición del evento.
Tres de ellos abrieron la veda ayer: Carlos Delgado, Amabel García y Naoko. Delgado se inspiró en los años veinte parisinos y la influencia de Coco Chanel (posiblemente algún deje cinematográfico patrio hay también) para crear la colección Azul oscuro casi negro, con perlas cosidas a mano, canutillos en color cobre y cintas de raso que envuelven cada prenda, confeccionadas con gasa, popelín y gabardina. Identidades construidas, de Amabel García, tiró de un estilo con mucho movimiento, pasando del brillo a lo oscuro, y que juega con los volúmenes. La diseñadora Naoko, por su parte, vistió su colección Renaïtre de siluetas encorsetadas y tejidos rígidos pero también de líneas lánguidas de satén y punto viscosa, con faldas en movimiento y espaldas descubiertas. Naoko, junto a los otros dos principiantes, mereció una cálida ovación por parte del público.
Quizá el ambiente entre el público en estos primeros desfiles no era el más estrafalario. Unos monjes carmelitas llegados del XIII no habrían pasado desapercibidos del todo, como sí habría pasado en ediciones anteriores.
Los cachorros habían comenzado a las cuatro de la tarde. Luego vendrían los más esperados mayores: Anel Yaos, De la Rue, Pedro Fernández Atelier y Bibian Blue.
Yaos presentó con 2.255 una fusión perfecta de lana fría, punto, piel o raso, unidos con redes y plásticos en una amplia gama de color: negro, rojo, naranja, fucsia, marrón o cobre, sin dejar de lado los metalizados. Con Butterfly, la firma De la Rue se ha basado en el minimalismo con un toque sofisticado y ligero de formas limpias, sinuosas y asimétricas. Centrándose en el tul y la piel ecológica, De la Rue eligió el negro en chaquetas y pantalones, y el gris, plata, verde, beige y blanco en el resto. Pedro Fernández ha iniciado una nueva etapa profesional con tejidos como el neopreno, la gasa, el tul o el crepe. La barcelonesa Bibian Blue presentó en esta edición La anatomía humana, que genera sugestivas composiciones visuales con materiales ajustados al cuerpo y colores neutros que dejan paso a los rojos y marrones en las prendas más coloristas.
En definitiva, buen ambiente para la apertura de esta XVII edición de la Semana de la Moda de Valencia, que vuelve a brindar espacio a los más nuevos para que sorprendan a los propios... y también a los extraños.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.