De Carabanchel a Brasil pasando por el folk de aquí

La honestidad en el rock tiene recompensas, aunque el camino haya estado repleto de sinsabores. Rosendo, natural de Madrid, vecino durante muchos años de Carabanchel y toda su larga vida entregada al rock sin más definición, llena mañana por primera vez Las Ventas.

A sus 60 años, Rosendo recoge lo sembrado desde los años setenta, en grupos como Fresa, Ñu y Leño y una carrera posterior en solitario coherente jalonada con himnos del rock urbano como Maneras de vivir, Agradecido, Masculino singular, Loco por incordiar o la más reciente Vergüenza torera, donde se muestra tan crítico como es costumbre en él.

Hace seis años que no pisaba el coso taurino madrileño desde que lo hizo acompañado de Aurora Beltrán, de Tahúres Zurdos, y Barricada. Lo vuelve a hacer mañana, esta vez sin más grupo que el suyo propio y con artistas invitados para grabar un disco y un DVD que recoja toda “una vida de rock”, como han llamado al espectáculo.

El folk ibérico, uno de los géneros en alza, tiene este fin de semana acomodo en el Círculo de Bellas Artes, donde se va a celebrar la sexta edición de ese festival nómada llamado Madrid Folk. Su director, el coreógrafo Manuel Segovia, cree que “hay que dar pasos frente al temporal de recortes en cultura, y más en un género tan maravilloso como el folk que se hace aquí”. Los extremeños Aulaga Folk dan hoy el pistoletazo de salida, mañana toca al dúo burgalés Fetén Fetén y el domingo a los madrileños Martin Quiere Bailar. Además de estos tres conciertos, Madrid Folk cuenta con otras actividades que, según Segovia, “son una historia en sí misma cada una”. Y habrá un pase de moda folk, catas de vino, gastronomía, taller de barro para que jueguen los niños, y de danza. "Tenemos que preservar nuestro rico patrimonio de música y sabores que, partiendo de la tradición, es el que más se renueva", asegura el director.

Fuera de ese festival, también hay folk ibérico en La Noche Americana. Junto al rock de los cántabros Deltonos, y las canciones inspiradas en Bob Dylan de la madrileña de adopción Nat Simons, sonará el bluegrass unido a la jota castellana de Los Hermanos Cubero. La Noche Americana cuenta con un presentador imprescindible en el desarrollo y conocimiento de la música country en España, Manolo Fernández, conductor del veterano programa Toma Uno que se emite los fines de semana en Radio 3.

Lo de la asturiana Lorena Álvarez y su Banda Municipal también es folk ibérico, y a él le añade la sencillez naïf de un grupo indie. Mañana hace de telonera de Adanowsky, que opone su sofisticación. El rock más bizarro, acaso heredero de Rosendo en ciertos aspectos, tiene futuro con el grupo valenciano Los Zigarros, que mañana se acercan al Sol. El genuino power pop norteamericano llega con The Mockers en los fastos de celebración del octavo aniversario de la sala Wurlitzer Ballroom.

La banda canadiense de posrock Thee Silver Mount Zion Memorial Orchestra, viene a presentar su séptimo disco de estudio, Fuck off get free we pour light on everything, a una nueva velada del Sound Isidro, ciclo que se desplaza para la ocasión a la sala But, aunque en su Charada habitual cuente hoy con el asturiano Pablo Und Destruktion. En el mismo club, el domingo pero fuera del ciclo, estará Rodrigo Amarante. Empezó hace 17 años guitarrista en Los Hermanos, el grupo de rock independiente que se impuso en la escena musical brasileña. Tras su disolución en 2007, se mudó a Estados Unidos formó Little Joy con Fabio Moretti, de The Strokes y ha sido el guitarrista de Devendra Banhart.

El saxofonista, clarinetista y flautista alemán afincado en Madrid, Andreas Prittwitz, presenta esta noche otro de sus Looking back, título genérico que le ha dado a sus discos en los que recrea, con mirada contemporáneo de músico arrimado al jazz, obras de artistas clásicos o momentos históricos.