La utopía como canción
Mishima siempre han sido mucho más populares en su tierra que en el resto de la península
Los barceloneses Mishima publicaron a principio de año su séptimo álbum, L'ànsia que cura. Fue el segundo consecutivo de los suyos en entrar entre los 10 más vendidos de toda España, algo que para grupos que cantan en catalán no resulta fácil, aunque es cierto que desde que sus paisanos Manel abrieron la veda, el camino es menos complicado.
En activo desde 1999, Mishima siempre han sido mucho más populares en su tierra que en el resto de la península. Algo que parecen querer remediar defendiendo este nuevo trabajo en directo por medio mundo, labor en la que llevan meses empeñados. Han llegado hasta Nueva York donde este verano lo presentaban en el Central Park Summer Stage, el mítico escenario al aire libre del más famoso parque del mundo. Para aquella cita se les acercó al público neoyorquino con una definición corta y afortunada: “Imaginen a The National criados a orillas del Mediterráneo”.
Lo suyo es pop adulto y elaborado, canciones que buscan la profundidad, que huyen de los aspavientos. Aficionados a los álbumes conceptuales las letras de su anterior disco trataban sobre el amor romántico y las de este último giran sobre la idea del paraíso. O de los paraísos. “las dos visiones: la medieval, hierática, en la que el cielo es la contemplación del rostro de Dios, frente a la renacentista, mucho más carnal”, explicaba el líder del grupo, David Carabén, en una entrevista. El jueves el quinteto actúa en el teatro Lara, un espacio que parece más que adecuado para escuchar con tranquilidad su propuesta.
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