Colegio nuevo, barracones, policía y altas temperaturas para abrir el curso
Cerca de 800.000 alumnos empiezan las clases en casi 2.200 centros de enseñanza
La escuela oficial empezaba ayer las clases en un flamante y reivindicado colegio nuevo, el Número 100 de Russafa, con la visita del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y la alcaldesa Rita Barberá al frente de la comitiva, mientras que el comienzo de las clases el colegio Ciutat de Cremona, de Alaquàs, contemplaba el retrato de la escuela real, con significados miembros de la Plataforma en Defensa de l’Ensenyament Públic recibiendo entre aplausos a nueve niños de tres años que acudían a las aulas prefabricadas de sus hermanos, donde la última clase de tres años que le quedaba ha sido cerrada por la Administración educativa.
Allí estaban los principales responsables de los sindicatos STEPV, CC OO de la Enseñanza y FETE-UGT, así como la presidenta de FAPA-Valencia y miembros de Escola Valenciana. También la alcaldesa de Alaquàs y el diputado de Compromís Joan Baldoví. Así empezaba un curso marcado por la supresión de unidades y maestros de educación infantil y el aumento de la población escolar en su conjunto.
En ambos centros, los únicos uniformes eran los de la policía nacional, que en el caso del Cremona estaban dentro. Allí, las madres de esos niños de tres años habían logrado que sus hijos entraran hasta el barracón que el curso anterior acogía a los alumnos de su edad. Era parte de una larga lucha para que no les cierren la única vía de acceso de nuevos alumnos y los hermanos puedan estar juntos. Una lucha que incluyó el curso pasado un encierro de 100 días en el colegio, otro encierro en la Consejería de Educación o la presentación de un recurso de reposición, que no han sido suficientes para paralizar el cierre de esa unidad.
Seis profesores voluntarios les acompañaban para darles su primera clase de adaptación. "Mi hijo quiere estar con su hermano mayor, y no tengo miedo a nada", aseguraba a la entrada del colegio Mónica, una de las madres, que ha permanecido después fuera a la espera de que le relevara su marido y ella pudiera irse a trabajar.
La policía desalojó a padres y maestros voluntarios. La directora, que intentó poner orden y armonía en una situación complicada, llamó después a los progenitores para señalarles que los habían “dejado abandonados” y que acudieran a recogerlos. Dos inspectores educativos permanecieron toda la mañana en el centro. Finalmente, los niños salieron a la vez que los demás. Sus padres, que habían esperado todo el tiempo fuera, negaban cualquier abandono.
Uno de los maestros voluntarios llevaba todavía una pegatina con su nombre, Héctor, en la camiseta. "Es que estábamos poniéndonos todos los nombres para conocernos", ha explicado, "y se me ha olvidado quitarla". Otro exclamaba: "¡la ratio más baja de la Comunidad Valenciana, seis profes para nueve alumnos!, y además gratis, que no diga luego la Consejería que no tiene dinero".
También había policías en el entorno del nuevo colegio público número 100, en la calle Puerto Rico, mientras se inauguraba oficialmente el curso escolar. Fabra celebró en su discurso el hecho de inaugurar y estrenar a la vez, algo difícil en estos tiempos. Para este curso está previsto también estrenar el Princesa de Asturias de Elche, probablemente antes de final de año. Desde la ventana de una finca que daba al patio escolar sin sombras dos padres del Cremona gritaban al presidente: "Dijiste que no cerrarías colegios y vas a cerrar el Cremona!". También han tenido palabras para Rita Barberá, que protestó a su vez porque "este colegio no es de aquí".
Tras recorrer las nuevas instalaciones, en su intervención, Fabra anunció como primicia la próxima creación de un mecanismo de “obtención de certificados de idiomas” en los institutos de secundaria. A su lado, Rita Barberá recibió palabras de agradecimiento del jefe del Consell por “esas superficies poco a poco expropiadas”, hasta alcanzar los 6.500 metros cuadrados, para construir el nuevo colegio. Previamente, la alcaldesa había recordado una “expropiación, larga, forzosa”, que había costado a las arcas municipales siete millones de euros, para construir un centro que ha supuesto a la Generalitat cuatro millones y medio. Fabra aprovechó para poner en valor los 11 millones que cada día gasta la Generalitat en educación, es decir, “la cuarta parte del presupuesto”.
En declaraciones posteriores a la prensa, Català insistió en que “todo el inicio del curso ha sido normal” en los casi 2.200 centros de la Comunidad y sin incidencias más allá de alguna manifestación “puntual”. A pesar de esa “puntualidad”, llamó a la responsabilidad a sindicatos y partidos políticos “que han querido trastocar un inicio de curso que para los niños del Ciutat de Cremona tendría que haber sido normal”.
El caso es que en Nàquera se manifestaron 400 personas, para exigir la construcción del nuevo y prometido colegio que sustituya los barracones del colegio Emilio Lluch, informó el portavoz de su AMPA. Las AMPA de otros centros, como el Número 103 de Valencia o el Sant Vicent Ferrer de Faura, se concentraron para denunciar clases de 31 alumnos (la ratio máxima es 30, desde el 'decreto Wert'), en Primaria e Infantil, respectivamente.
Sin embargo, una de las críticas más extendidas fue la de las altas temperaturas sufridas por en los centros al haberse adelantado como nunca el comienzo de las clases. Téngase en cuenta que la mayoría de ellos no disponen de aire acondicionado. Lo denunciaron los sindicatos CSIF, CC OO PV y STEPV. Este último hizo un sondeo entre 200 centros, según el cual el 96 % de los encuestados tenían temperaturas “por encima de 27 grados centígrados permitidos por la legislación” y en el 65% no bajaban de 30º. Este sindicato ha anunciado una denuncia para hoy al respecto ante la inspección de trabajo.
Hasta el secretario general del PSPV, Ximo Puig, censuró que no se hubieran tenido en cuenta las características climatológicas del territorio valenciano al adelantar el inicio de curso. Lo hizo en una visita al IES Virgen del Remedio de Alicante, donde echó de menos una planificación del curso “adecuada, racional y basada en el consenso”.
FP concertada
Tras la visita al colegio de Russafa, el presidente de la Generalitat se desplazó a Godella (Valencia) para inaugurar también el curso de la Formación Profesional. Si el año pasado lo hizo en un centro vinculado al Opus Dei, este año optó por uno concertado de los Terciarios Capuchinos, las Escuelas Profesionales Luis Amigó. De nuevo, uno privado.
En la visita, los altos cargos del Consell estuvieron acompañados por la alcaldesa de Godella, Eva Sanchis, que entregó una carta a Fabra "con todas las reivindicaciones educativas aprobaas por el pleno del Ayuntamiento".
La Generalitat aprovechó la ocasión para promocionar la FP Dual, que incluye prácticas remuneradas en empresas. Subrayó que el 40% de los ciclos autorizados de FP en la Comunitat Valenciana ya son de FP Dual en su primer curso de implantación y un 46% de los centros educativos que imparten FP tienen algún curso de esta modalidad de enseñanza.
"El tejido empresarial también está apostando por la FP Dual, ya que más de 130 empresas han firmado convenios con la Generalitat", aseguró Educación.
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