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Feijóo acelera su reforma electoral sin consenso al tiempo que la de Rajoy

El PP asume que la coincidencia de ambas medidas multiplicará las críticas

Rueda y Feijóo, en un pleno del Parlamento
Rueda y Feijóo, en un pleno del ParlamentoÓscar Corral

El PP gallego prevé aprobar antes de fin de año y sin consenso su reforma electoral que recortará de 75 a 61 los diputados del Parlamento de Galicia y dificultará la entrada de pequeños partidos. Lo hará pase lo que pase con la intención del PP estatal de cambiar también los comicios municipales para que sea alcalde el candidato más votado, sin posibilidad de pactos alternativos, medida para la que tampoco tiene apoyos. No faltan voces en el partido que admitan que los tiempos elegidos en Madrid para impulsar la reforma municipal “enrarecen” y reavivan el debate sobre la gallega, de la que aseguran que no altera la correlación de fuerzas en el Parlamento, como reconocen que sí sucedería en los municipios. La oposición admite en privado que hay diferencias entre ambas reformas, pero en público anuncia su intención de ligarlas en sus críticas al PP por cambiar las reglas electorales en beneficio propio.

 El recorte de diputados en Galicia fue planteado por el presidente, Alberto Núñez Feijóo, a finales de la pasada legislatura como medida de ahorro. La oposición lo acusó de modificar las reglas del juego en el último minuto para beneficiar a su partido, por lo que paró temporalmente su iniciativa y la introdujo en su programa electoral para 2012. Ganados los comicios, retomó su idea, que la oposición sigue criticando porque, aunque dejó de primar a los feudos populares de Lugo y Ourense, reduce la capacidad de los partidos pequeños de conseguir escaño. Solo el PSdeG se sentó con el PP a negociar en el Parlamento, pero no logró las correcciones que pretendía y sigue rechazando la reforma. Con la ley gallega solo pendiente de su debate final, el Gobierno central, con Mariano Rajoy al frente, ha propuesto que en las elecciones municipales se prime al partido más votado, generalmente el PP.

El vicepresidente de la Xunta y número dos del PP gallego, Alfonso Rueda, aseguró ayer sobre el recorte de diputados: “E s un compromiso de nuestro programa electoral y lo abordaremos en el próximo período de sesiones”. Rueda admitió que el futuro de la reformar local que impulsa Madrid “puede ser tenido en cuenta si fuera necesario a efectos de cierta coordinación” pero “no para cambiar unos tiempos” que, agregó, “tenemos que marcar nosotros”. Son precisamente los tiempos de Madrid los que han suscitado incomodidad en el PP gallego, por mucho que sea el principal defensor de que en los municipios gobierne la lista más votada. Dos destacados dirigentes lamentan que la discusión sobre dos reformas tan sensibles vaya a coincidir en el tiempo. “Enrarece el debate”, verbaliza un dirigente, que cree que, en la actual situación, cualquier decisión será criticada. Si la reforma gallega sigue adelante, la oposición la equiparará con la local, “aunque son diferentes y el recorte de diputados no altera el reparto de fuerzas”, insisten. Si es la local la que se frena, el PP gallego será criticado por no rectificar como Madrid. Y si en Galicia se retrasa el recorte de diputados —las municipales son en mayo de 2015, pero la fecha prevista para las autonómicas es octubre de 2016— los populares gallegos asumen que se les criticaría por jugar con los tiempos en beneficio propio.

La dirección del partido es consciente de que, una vez que Madrid ha irrumpido en el debate gallego, todas las opciones tienen pros y, sobre todo, contras. Por eso su intención es mantener la hoja de ruta y aprobar el recorte de diputados ya. Argumentan que, si no se ha hecho aún, no es por acompasar ambas reformas, sino por negociar con el PSdeG.

Desde este partido, su portavoz parlamentario, José Luis Méndez Romeu, niega que el PP tuviese intención real de negociar y recuerda que su formación propuso una reforma integral del Parlamento gallego, con cambios en su reglamento, pero que los populares solo están interesados en reducir su representatividad. Y, como teme el PP, equipara ambas reformas: “Intentan modificar las reglas para adecuarlas a sus necesidades”, dice Méndez Romeu, para lamentar que “antes o después estas instituciones no serán representantivas de los ciudadanos”. “El PSOE no impulsó nunca, ni en Galicia ni en Madrid, ninguna reforma electoral que no fuese pactada”, recuerda el socialista.

La viceportavoz de AGE, Yolanda Díaz, cree que la coincidencia de ambos cambios legales “evidencia aún más las debilidades del PP”, pero rechaza llamar reforma electoral a la gallega. “AGE estaría dispuesta a trabajar en una, muy necesaria en Galicia, que facilite listas abiertas y más proporcionalidad del voto, pero no hay actualmente un exceso de escaños”, argumenta. Sobre los cambios en la ley local, su formación va a forzar un debate en el próximo pleno del Parlamento en el que pondrá de relieve la interrelación de ambas reformas, que a su juicio evidencian que “los partidos del régimen saben que van a caer aún más”. El nacionalista Francisco Jorquera también vincula ambas reformas electorales y las califica de “golpes de Estado” contra la representantividad política decididos “en el último minuto” del partido y en beneficio del PP. Los populares replican que hace años que vienen defendiendo ambas reformas.

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