¿Quién da la vez?
Castaño, Paulita y Serrano no aprovecharon la oportunidad que les brindaron unos sensacionales toros de Cuadri
La oportunidad para reivindicarse pasó ayer por la plaza de Azpeitia y ninguno de los tres toreros supo aprovecharla. La oreja que pasearon Castaño y Paulita se queda en un trofeo que no responde al éxito que dejaron escapar. Fernando Cuadri puso en liza un sensacional encierro, con dos toros, cuarto y quinto, con las orejas colgando. Fueron bravos, con emoción y con importancia, la suficiente como para poner a circular a Paulita y recuperar a un desinflado Castaño. En ambos casos no se pusieron en el sitio, ese que encumbra a los toreros. Cuando en el cuarto de la tarde, el tendido cantaba a coro Xalbadorren heriotza, los banderilleros de la cuadrilla de Javier Castaño pusieron tres pares a cada cual mejor. La plaza subió de voltaje y saludaron montera en mano.
Segunda de Azpeitia
Saludaron David Adalid y Fernando Sánchez tras banderillear al cuarto.
1 de agosto de 2014. Segunda de feria. Dos tercios de entrada
El mejor momento de la corrida que parecía previo de una gran faena. Castaño lo citó de largo y el cuadri respondió. Una voltereta al cerrar una tanda cargó más de emoción los tendidos, pero tras dos series de lejos templadas y con emoción, el castellano optó por acortar las distancias y ahogar las posibilidades de éxito. Las razones quedan en ese misterioso baúl de los toreros, que prefieren encerrarse ente los pitones antes que ofrecer diez metros al toro. Mató rápido y paseó una oreja dejando la otra en el aplaudido arrastre del morlaco. El capítulo de Paulita casi fue una repetición. Tuvo muy buen aire con el capote, lució a un torazo -590 kilos- que derribó en el único puyazo que tomó y que tuvo todas las características que un toro de Cuadri ofrece para triunfar. Pero Paulita de nuevo buscó las cercanías y dejó escapar una soberbia oportunidad para que su nombre suene con fuerza entre los aficionados.
Fue una decepción, porque en su primero había apuntado buenas maneras, decisión, clase y torería. Además, llegó con ilusión por triunfar en Azpeitia, con detalles como el brindis a una veterana aficionada local con el mismo apodo que el de Luis Antonio Gaspar. De Paulita a Paulita. Detalles, buenos pero nada más que detalles; cuando hubo que arder faltó brasa para salir en hombros. Pero cuarto y quinto no fueron los únicos ejemplares para triunfar porque Sergio Serrano también debió desorejar a su primer enemigo, un exigente ejemplar, con el que había que tirar la moneda al aire, pero el albaceteño se decidió por tratar de ligar con precauciones y la faena no acabó nunca de tomar cuerpo. Con el sexto, más complicado, cubrió el expediente. Las oportunidades llegan y la terna actuante en Azpeitia tuvo una buena, pero deberán seguir preguntando ¿quién da la vez? y esperar a que alguien les vuelva a abrir paso.
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