Flotats solo llenó la mitad del aforo del TNC con su obra

El Teatre Nacional de Catalunya (TNC) ofreció ayer el balance de su temporada, la primera que dirige Xavier Albertí, y lo hizo con la satisfacción de que el teatro reafirma “su misión como equipamiento público de referencia de las artes escénicas de Cataluña”. El balance, con la prolijidad verbal característica de Albertí, pone el acento en el papel del TNC como “eje dinamizador de la actividad escénica en Cataluña”, y recalca que ha estrenado 23 montajes, 22 en régimen de productor (16 producciones propias y 6 coproducciones), y que 323 profesionales de las artes escénicas han formado parte de los equipos artísticos de esos montajes. El TNC ha ofrecido en sus tres salas 337 funciones con un total de 113.143 espectadores y una media de ocupación del 69%. La temporada pasada, la última de Belbel, la ocupación cayó al 60 % y los espectadores, a 104.000.

El TNC ha tenido esta temporada seis montajes en gira con 117 funciones fuera de sus salas que suman 45.555 espectadores más (35.115 de ellos, público de la reposición del montaje Barcelona) y un 82 % de ocupación. En su balance, el TNC destaca su “consolidación como centro para la reflexión cívica y el encuentro del espectador, en coherencia con las líneas de actuación artística presentadas por Albertí cuando llegó a la dirección artística del teatro”. Y detalla: “Éxito de la restauración de la memoria patrimonial gracias a Epicentro Pitarra, articulación de reflexión sobre el eje temático de Frontera, y un programa de actividades que tiene el mismo peso que las obras en cartel: 22 actividades paralelas en torno a los montajes (conferencias, coloquios, exposiciones, ciclos de filmes), edición de 33 títulos teatrales (más de la mitad del total de textos teatrales en catalán publicados esta temporada), creación de 13 clubs de lectura (…), establecimiento de sinergias con otros centros nacionales e internacionales y circulación de traducciones de textos teatrales”.

La Sala Gran ha cerrado temporada con 129 funciones, 75.002 espectadores y un 69 % de ocupación. El espectáculo más visto ha sido La rosa tatuada, de Tennessee Williams, con dirección de Carlota Subirós, con 25.557 espectadores y un 82 % de ocupación. Para descubrir uno de los morbos de la temporada, cómo le ha ido a Josep Maria Flotats su regreso como director (desagraviado) al TNC con El joc de l’amor i de l’atzar hay que acudir al resumen estadístico de la temporada, que queda bastante escondido. El espectáculo de Flotats pinchó en la Sala Gran y solo logró llenar algo más de la mitad del aforo: 17.297 espectadores de los 33.033 posibles en 39 funciones, con un total del 52 % de ocupación. No es, sin embargo, el porcentaje más bajo en la Sala Gran, triste récord que ostenta el 40 % de La Capitana, el homenaje a Carmen Amaya.

La Sala Petita acogió 137 funciones, 27.415 espectadores y un 67 % de ocupación. Lo más visto fue Terra de ningú, el Pinter dirigido por el mismo Albertí, con 10.654 espectadores y un 95 % de ocupación. En la Sala Tallers, 71 funciones, 10.726 espectadores y un 81 % de ocupación han demostrado “la vitalidad de esta sala que se ha convertido en el corazón del teatro por ser el centro de recuperación del patrimonio teatral, el espacio prioritario del proyecto pedagógico y el lugar de creación de nuevo público”. El TNC remarca la “extraordinaria acogida” que ha obtenido el ciclo Epicentro Pitarra.