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Estabilizado el fuego de Tivissa tras quemar 830 hectáreas de bosque

La lluvia caída a lo largo de la tarde se convirtió en la gran aliada de los bomberos

Una zona del incendio inundada de agua caída del cielo.
Una zona del incendio inundada de agua caída del cielo. JOSEP LLUÍS SELLART

El incendio desencadenado el domingo en la sierra de Tivissa (Ribera d'Ebre) quedó estabilizado ayer tras devorar unas 830 hectáreas de vegetación, en su mayoría pino blanco y matorrales. El fuego avanzó durante toda la jornada en un paraje protegido del Espacio de Interés Natural de las Montañas de Tivissa-Vandellòs prácticamente inaccesible. Pero el intenso trabajo de los bomberos se topó por la tarde con una ayuda llegada del cielo, la lluvia. La precipitación hizo acto de presencia en numerosas zonas azotadas por el fuego y con ella llegó el optimismo. Los Bomberos de la Generalitat dieron por estabilizado el fuego a las 19:30 horas.

Las tareas de extinción se habían complicado por los cambios de viento y lo abrupto del terreno, ya que más de un 90% de la zona es inaccesible por tierra. En muchos casos los bomberos tuvieron que ser llevados en helicóptero y trabajar con herramientas manuales si los mandos consideraban que en esas zonas no había peligro de quedar atrapados.

“Para un alcalde es muy difícil cuando tienes 40 o 50 hectáreas quemadas sacrificar otras 600, pero es lo que teníamos que hacer para no lamentar males mayores, la estrategia ha sido muy buena”, explicó el alcalde de Tivissa, Jordi Jardí. Ayer participaron en las tareas de extinción 77 vehículos terrestres y 14 aéreos. Se centraron en impedir la llegada del incendio al barranco dels Fogassos, ya que una vez allí el avance del fuego habría podido ser devastador multiplicándose las hectáreas afectadas, argumentó el alcalde.

Una cuarentena de vecinos evacuados de 24 masías aisladas pudieron volver ayer a sus casas. Algunos habían pasado la noche en el camping de Tivissa; otros, en viviendas de familiares, como Maria Opran, de 68 años y nacionalidad rumana. Fue evacuada el domingo a las tres de la madrugada y ayer pedía inquieta información a los Mossos d'Esquadra para conocer el estado de su casa y de sus animales, varios gallos y gallinas. “Llevan más de un día sin comer”, se lamentó. Con todo, el incendio no dañó ningún bien material. Solo una finca, conocida como Mas Biscorn, peligró. “El fuego quemó los laterales, pero la masía no ardió en llamas”, afirmó Xavier Pallarès, delegado de la Generalitat en las Tierras del Ebro.

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