Comienza el juicio a tres atracadores relacionados con la mafia marsellesa

Fue un sábado de octubre de 2011, a última hora de la tarde, cuando la gente apuraba sus compras en una de las avenidas comerciales más transitadas de Alicante, Alfonso El Sabido. Tres hombres completamente vestidos de negro salieron de la joyería Siglo XXI a tiro limpio dejando varios heridos en un robo que comenzó en el centro de Alicante y acabó mal para los atracadores, detenidos en una gasolinera de La Pobla de Tornesa (Castellón) y con un muerto entre ellos. Este miércoles comienza su juicio.

La plaza del Ayuntamiento, frente a la Audiencia Provincial, vivirá hasta el viernes un amplio despliegue policial por los tres atracadores franceses que perpetraron un robo de película aterrorizando a los ciudadanos presentes en uno de los sucesos que más cantidad de agentes ha movilizado en la historia de Alicante.

Uno consiguió escapar encañonando a una pareja y fue detenido en una gasolinera de Castellón

Se trata de “gente peligrosisíma”, apuntan fuentes policiales, “la gente más chunga que te puedas encontrar”, relacionada con la mafia marsellesa, una de las más peligrosas del continente y que desde hace unos años intenta proliferar por la costa mediterránea.

Hasta a diez tipos de delitos distintos se enfrentan los tres franceses detenidos –el cuarto murió por una bala de 9mm que encajó en un ojo-. El fiscal les acusa de asociación ilícita, robo con violencia, falsedad documental, tenencia ilícita de armas, depósito de armas de guerra, hurto, seis delitos de tentativa de asesinato, atentado, detención ilegal y lesiones.

Los tres acusados, según fuentes del Tribunal Superior de Justicia, llegaron escalonadamente a Alicante con la idea de agruparse para cometer diversos delitos, alquilando un chalet y robando un vehículo en Elche al que le cambiaron las matrículas.

Los asaltantes portaban 'recortadas', un subfusil de asalto y una granada

Fue en la misma provincia alicantina donde hicieron acopio de armas y, a juzgar por el calibre, irrumpieron en la joyería dispuestos a todo. Completamente vestidos de negro y cubiertos por máscaras y pasamontañas, los tres atracadores arramblaron en el comercio parapetados bajo chalecos antibalas, con ‘recortadas’ y hasta un fusil de asalto y una granada de mano.

Dentro de la joyería amenazaron a clientes y empleados, agrediendo en ocasiones a alguno, antes de ser descubiertos por un coche patrulla de la Policía Nacional al que no dudaron en recibir a tiros. Hasta 15 impactos de bala se contaron en el coche, uno incluso impacto en un agente que se salvó al vestir el chaleco antibalas.

Una persecución de más de 200 km

Por la avenida volaron las balas hasta en más de 30 ocasiones, según testigos de entonces. Esquirlas de proyectiles alcanzaron a varios viandantes y varios establecimientos sufrieron daños. De los tres asaltantes, uno murió por un disparo de la policía y un segundo salió corriendo siendo atrapado en un centro comercial tras esprintar más de un kilómetro con la policía pisándole los talones.

El tercero tuvo algo más de suerte y pudo asaltar un coche en el que encañonó a una pareja a la que obligó a dar varias vueltas hasta abandonarles y acceder a un chalet en La Alcoraya, una pedanía alicantina con no más de 300 habitantes.

Cuando los policías llegaron al chalet, no entraron sin miramientos. El armamento que portaban los atracadores daba a entender que no eran un tipo de delincuente cualquiera y los dos agentes que localizaron la vivienda decidieron esperar por refuerzos cuando observaron que el atracador salía en un coche acompañado de un cuarto hombre.

Comenzó así una persecución que finalizó en la madrugada del día siguiente en una gasolinera de La Pobla de Tornesa (Castellón), a más de 200 kilómetros del punto de salida. Mientras los atracadores repostaban, los agentes les sorprendieron y les detuvieron sin disparo alguno. Este miércoles, más de tres años después del atraco, serán juzgados.