La Marca España en terreno ajeno

El alto comisionado de la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, ha venido este lunes a jugar en campo ajeno, posiblemente hostil, aunque no en la audiencia directa que le ha escuchado desgranar con una probada oratoria los fundamentos de la misión que le encomendó hace dos años el presidente Mariano Rajoy.

Ha explicado la recuperación de una marca castigada por los efectos de la crisis y que se salvó de la intervención en una tierra, Euskadi, donde la mayoría nacionalista no cree en la marca España. Los políticos gobernantes y un amplio abanico de empresarios vascos han coincidido en la dificultad que les supone para sus firmas la adversa coyuntura socioeconómica del Estado español.

Preguntado por la marca Euskadi, Espinosa de los Monteros ha afirmado que, según sus datos, "no existe" un nivel de conocimiento de una región a nivel mundial, porque se identifican significativamente ciudades o países.

Pero no ha dudado en aportar un dato que cuestiona la apuesta por denostar España en favor de las marcas autonómicas. "Solo California figura en la lista de regiones o territorios conocidos por más de 5.000 millones de personas en el mundo", ha dicho para añadir que en esta relación, encambio, figura Bilbao por detrás de Barceloa, en primer lugar, y Madrid,

Consciente de que el nacionalismo vasco "huye" de esa marca "porque forma parte de su credo político",el veterano empresario ha empleado su disertación, realizada con pedagogía y reflejando un discurso aprehendido, para situar la nueva imagen de la economía España y de un país que, como ha dicho, carecía hace apenas dos años de la confianza internacional en su futuro inmediato.

Bilbao es más conocida que Euskadi como marca en la lista de 5.000 millones de personas

Hasta que ha llegado el coloquio, Espinosa de los Monteros había evitado cualquier referencia a la situación política porque, ha advertido, "no es su cometido". Pero no ha podido eludir criticar el afán separatista de Cataluña y lo ha enmarcado en la "inquietud" que provoca en analistas y creadores de opinión del resto del mundo. Eso sí, no ha podido sustraerse a criticar que si "una rama se desgaja del árbol, no sufre el árbol sino la rama".

Dentro del tono positivo en el que ha enmarcado su comparecencia, y donde no se ha registrado la presencia de representante nacionalista alguno, Espinosa de los Monteros incluso ha asegurado que los casos de corrupción "no han tenido una gran incidencia en la imagen exterior de España". En este sentido ha admitido: "No hemos percibido que la corrupción haya sido un elemento diferenciador que haya perjudicado a la marca España" en el exterior, aunque sí ha tenido un efecto devastador en el seno del país, donde ha generado "una pérdida de fe de los ciudadanos en muchas de las instituciones", ha advertido el alto comisionado.

Finalmente, el alto comisionado de la narca España ha dicho que "hoy por hoy, el punto más fuerte para vender" este país es que "sea percibido como simpático y agradable", ya que destaca en sus "valores cálidos, que hacen referencia al estilo de vida y al disfrutar". Por el contrario, los puntos débiles de la imagen de España en el exterior siguen siendo los valores fríos, que se refieren al rigor la seriedad, la puntualidad, la limpieza y el cumplimiento de lo pactado. La marca España tendrá que insistir en mejorar la percepción de que "es un país donde la gente trabaja y con seriedad, con una alta productividad, frente a los estereotipos actuales". "Éste no es un país donde se duerme la siesta", ha sentenciado el alto comisionado.

El delegado del Gobierno, Carlos Urquijo, ha aprovechado para reconocer su "pasión" por España al presentar a Espinosa de los Monteros, de quien ha reconocido su larga trayectoria empresarial y su trabajo en el actual cometido.