Una veintena de heridos en Alicante al volar unos juegos hinchables para niños

Más de 20 heridos en el hospital, muchos de ellos niños, ataques de ansiedad, momentos de absoluto caos... El resultado de la feria de coches antiguos celebrada este domingo en Alicante no fue el esperado. “Ha sido impresionante, un horror. Estábamos escuchando a un tipo tocar la guitarra y, de pronto, hemos sentido una bocanada de aire. Los castillos han salido volando por los aires con los niños dentro, arrasando por donde pasaban”, cuenta Manuel Marín, un edil socialista alicantino y aficionado al motor que ayer disfrutaba de una exhibición que pudo acabar en tragedia.

De la veintena de personas atendidas en Urgencias después que de que el viento elevara al menos cinco castillos hinchables a más de 10 metros del suelo, cuatro permanecen ingresadas con carácter leve, según el Centro de Información y Coordinación de Emergencias: una niña de seis años con el tórax y el húmero fracturados; otra con lesión cervical y dos adultos con politraumatismos.

Pudo ser “una catástrofe tremenda”, según testigos. En la explanada donde se ubica habitualmente el mercado de Teulada, cientos de personas contemplaron cerca de las 11.45 cómo siete castillos hinchables eran arrancados de cuajo del suelo. No hacía viento, apareció como “un remolino muy extraño”, describe Javier Díaz, miembro un club de motos clásicas.

“De repente, estaban volando”, cuenta Lorena García, comercial de uno de los expositores. “La gente empezó a preguntarse si había niños dentro”, cuenta, fue el inicio de una pesadilla ocurrida en segundos. Una avalancha de padres y abuelos corrió caóticamente tras los castillos. “Los padres se tiraban dentro para hacer peso, algunos horrorizados por no poder hacer nada, corrían aterrados al ver niños de uno a cinco años sangrando”, cuentan Ana y Pilar, dos miembros de la Hoguera La Cerámica, asociación festera organizadora del acto.

Un vendaval arrasó 22 carpas y jaimas de la feria la noche del sábado

Algunos hinchables llegaron a salir del recinto vallado o a recorrer más de 100 metros. “El problema”, continúa Ana, “ha sido al empezar a caerse los castillos llevándose a la gente por delante. De película”. Otros narran escenas de niños cayendo desde los castillos.

Mari Carmen Saez, enfermera de Protección Civil, nunca había vivido algo así en sus dos años de voluntaria: “No sé a cuántos he atendido con politraumatismos, niños, hasta camareras con ataques de ansiedad”, dice.

“Ha sido una ráfaga tan brutal que ha reventado las argollas” que anclaban los castillos, contó Carlos Rodríguez Ceba, gerente de Prosant Eventos, la empresa responsable. Dos horas después, entre sollozos y lágrimas por la tensión, Rodríguez aseguraba tener todo en regla: “Siento mucho lo sucedido, sobre todo por los padres” repitió varias veces. “Mi hija también estaba aquí”, dijo quien se sintió “avasallado” por la policía. “Debían haber ayudado como hicimos todos y luego haber pedido responsabilidades”, protestó.

Al lugar se desplazaron más de 60 efectivos entre policías, bomberos y Protección Civil que atendían un acto deportivo próximo. Manuel Marín, como edil del PSPV, preguntará hoy si desde el Ayuntamiento se revisaron por la mañana a primera hora las sujeciones. El de este domingo fue el cuarto día con notables ráfagas de viento en Alicante. La noche del sábado el viento se llevó por delante 22 jaimas y carpas de la feria de coches.