Vestidos a medida para ‘barbies’
La actriz se queda con las pequeñas boutiques y, como norma general, elige los espacios de la ciudad donde la tratan de forma individualizada
1. Cheese Bar. Me encanta elegir restaurantes. No voy tanto por la decoración o por la calidad. La primera vez suelo ir recomendada, pero luego elijo por la fidelidad, porque me tratan bien, de forma individualizada. Aquí, aparte, me encantan las croquetas de queso de vaca que me sirve Isabel, una camarera especialista en quesos. En Andalucía, la gente del sector servicios tiene un encanto especial. Y creo que aquí ese respeto o empatía se está perdiendo. Por eso, en general, busco más el trato personal que la calidad. Y este me pilla a la vuelta de la esquina (José Abascal, 61).
2. Restaurante Miyama. Hay dos. Uno en la Castellana y este. Además de la cercanía, la comida es exquisita. Nada más entrar saben el sitio donde me suelo sentar y que es lo que más me gusta: el sukiyaki (Calle de la Flor Baja, 5).
3. Tres tiendas de ropa. Prefiero ir a pequeñas boutiques antes que a un centro comercial. Independientemente del precio o de cómo sea la ropa. Y me encantan Julio Rey, Nac y el taller de Lorenzo Caprile, donde me siento como una princesa: siempre tienen un minuto para mí. Me adoran y yo les adoro. ¡Me han llegado hasta a hacer vestidos para mis barbies, de las que soy coleccionista!
4. Maneras de vivir. Me encanta porque es muy sencillo. Conozco al dueño y me deja poner la música que quiero u organizar quedadas de amigos para ver el fútbol o la gala de los Óscar. Encima, nos deja las copas a buen precio (Calle Raimundo Lulio, 10).
5. La casa de Álex de la Iglesia y Carolina Bang. La tienen muy bien decorada y son muy buenos anfitriones. Nunca renuncian a una buena cena, a invitarte en cualquier momento. Tienen una calidez muy familiar. Siempre les gusta acoger a gente.
6. Plaza de Olavide. Me parece preciosa. Y es algo nostálgico. Caí por casualidad hace 15 años, cuando llegué a Madrid, y me gustó mucho. Es un sitio idóneo para encontrar sombra. Y se comen muy buenas tortillas en cualquiera de sus terrazas.
7. Peluquería David Lorente. Tengo a mi peluquero del mundo del cine, pero David es de los mejores de España. Desde la primera vez que entré fue encantador. Hace cortes únicos y mientras lo hace te masajea no solo la cabeza: también las manos, los brazos… Sabe muy bien qué te queda mejor según tus facciones (García de Paredes, 76).
8. Zona de la plaza de Santa Bárbara. Me encanta pasear sin rumbo por este barrio. Hay días que me levanto y digo: “voy de compras”, y tiro directa a las Salesas. Si me extiendo un poco más, paso por la coctelería Le Cabrera, que tiene una decoración muy chula y tanto la comida de arriba como los cocteles de la planta baja son estupendos (Bárbara de Braganza, 2).
9. Mandalay. Es una tienda de antigüedades que me fascina. Llevo viéndola unos meses cerrada y no sé por qué. Más que irme de tiendas voy a ver antigüedades. Me gusta mucho llevarles algo a mis amigos. A Antonia San Juan le he regalado muchas cosas. Me encanta husmear (San Joaquín, 9).
10. Cines Verdi e Ideal. Los taquilleros de los Verdi eran los hermanos Prada, que se han convertido en grandes amigos. Los conocí yendo a menudo. Son cortometrajistas y participé en uno de sus trabajos, La estipulada. Pero suelo ir a los cines Ideal porque casi todos mis amigos viven por esa zona (Bravo Murillo, 28 y Doctor Cortezo, 6).
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