El laboratorio cortó con la misma tijera la camiseta de Asunta y un preservativo
El juez concluye que hubo contaminación y archiva la causa por la mancha de semen
La delirante historia de la mancha de semen en la ropa de Asunta, que ha acaparado tantos capítulos en la instrucción del caso, llegó ayer a su fin porque el juez ha decidido darle carpetazo definitivo. “El método del laboratorio es correcto, experimentalmente acreditado y muy seguro”, defiende José Antonio Vázquez Taín. “Pero aun el método perfecto no es infalible y admite errores”. “Las sospechas de contaminación se reafirman si se tiene en cuenta que los dos recortes [de la camiseta de la niña] que dan positivo a semen se obtienen con las mismas tijeras que cortaron el preservativo”. El magistrado se refiere, por una parte, al Laboratorio de ADN del departamento de Criminalística de la Guardia Civil, y por otra, al condón que había entregado personalmente a los agentes, medio mes antes de la muerte de la cría compostelana, un joven aprendiz de panadero.
El hombre había sido acusado de violación por una chica que acudió como invitada a su casa, en la que se celebraba una fiesta de colombianos residentes en la comunidad de Madrid. Y tanta fue su mala suerte que el esperma que contenía aquel preservativo rescatado por su propia mano del cubo de la basura acabó manchando una de las prendas de Asunta. El 30 de septiembre, nueve días después del asesinato de la menor, sus ropas entraron en el laboratorio marcadas con la indicación de “prioridad cero”, es decir, de máxima urgencia, y obligando a los peritos a aparcar el trabajo que traían entre manos.
En un completo auto emitido ayer, el titular del juzgado de Instrucción número 2 de Santiago concluye que hubo contaminación y acuerda el archivo definitivo de la causa abierta contra el joven cuyo esperma fue detectado, en dos únicos fragmentos, en el segundo análisis realizado a los diminutos recortes que se hicieron de la camiseta de la niña. En el primer estudio, llevado a cabo en el mismo laboratorio madrileño, no se había identificado ADN ni por supuesto semen de este varón, pero en sus declaraciones los técnicos de Criminalística no pudieron explicar, recuerda el juez, “ni cómo ni cuándo llegó el semen a la camiseta”.
Sin embargo, para Taín todos los elementos reunidos apuntan a la contaminación porque el preservativo cortado en el laboratorio “necesariamente habrá dejado semen en el filo de la tijera”, causando un efecto igual al de “si se mojara la tijera en semen”. Además, sigue fundamentando el auto, “es tremendamente extraño que la casualidad haga que al efectuar los 16 recortes” menores de las dos manchas circulares y aledañas de la camiseta en las que se identificó a la luz ultravioleta presencia de algún tipo de fluido orgánico “se recorte la parte con semen exactamente”. Lo normal, en este troceado, hubiera sido que el semen hubiera aparecido expandido en la tela contigua, precisamente porque es un “fluido”. Y por la misma razón, ya que atravesó la tela de uno de esos recortes de un centímetro, tendría que haber manchado la piel de la niña, algo que no ocurrió.
El esperma, por tanto, llegó a la camiseta después, en Criminalística, “un laboratorio ejemplar con el reconocimiento a la excelencia”, dice Taín, que además recalca su confianza en el “cuidadoso” protocolo empleado por la Guardia Civil. Hoy, continúa, “ninguno de los elementos objetivos que podrían acreditar la contaminación siguen existiendo”: los recortes fueron destruidos y el instrumental “ha sido limpiado meticulosamente”. Pero aparte de tijeras y retazos de tejido hay algo más: “El elemento objetivo para acreditar que se trata de una contaminación ya consta en la causa”, concluye, porque el joven ha podido demostrar con todo tipo de pruebas que pasó en Madrid el fin de semana en el que mataron a Asunta en Teo, junto a Santiago. El magistrado considera una “palmaria injusticia” seguir manteniendo la imputación y defiende que hubiera sido necesaria una “confabulación maquiavélica” del chico, su pareja, sus amigos y sus parientes para organizar tal coartada en el supuesto de que hubiese viajado a Galicia.
Tanto los teléfonos móviles, como los pagos y los recibos, como los testimonios e incluso las fotos subidas sin posibilidad de duda a Facebook aquel fatal 21 de septiembre en que murió Asunta sitúan al hombre en Madrid. Ahora ya solo quedan dos imputados, a pesar de los esfuerzos de los abogados de Rosario Porto y Alfonso Basterra por desviar la atención del caso. En su auto de ayer, Taín les llega a echar en cara “la presión casi inadmisible” que ejercieron sobre alguno de los testigos.
Rosario Porto presenta "rasgos de tipo obsesivo-compulsivo"
Rosario Porto presenta "rasgos de personalidad de tipo obsesivo-compulsivo" con "síntomas aislados de depresión en la actualidad", según concluye el informe del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), al que ha tenido acceso Europa Press. Por su parte, los psiquiatras de la defensa sostienen en su informe, con fecha del 29 de marzo y al que ha tenido acceso Europa Press, que "la categoría diagnóstica en la que se encuadra a Porto en relación al presunto acto delictivo es de trastorno depresivo mayor recidivante" (reincidente).
Al respecto, el informe presentado por la madre de Asunta, que permanece en prisión por el supuesto asesinato de su hija adoptiva, señala que sufre un último episodio "en remisión". También sostiene que su estado mental, determinado tanto por "sus características de personalidad como por su trastorno afectivo en el día de autos, no afecta a su capacidad de comprensión, juicio, conducta social y autocontrol". Asimismo, los psiquiatras de la defensa concluyen que "no existe relación causal entre la conducta delictiva por la que se juzga a Rosario Porto con el momento evolutivo del trastorno que padece".
Frente a estas conclusiones, los psicólogos del Imelga que la examinaron sostienen que presenta "síntomas aislados de depresión, con manifestaciones principalmente de tipo físico, pero que no permiten concluir la existencia de trastorno". En sus conclusiones, argumentan que "no se constata simulación de sintomatología psicopatológica" por parte de Rosario Porto, "excepto indicios de exageración de sintomatología".
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