El candidato del PSPV a la alcaldía de Castellón se pasa a los no adscritos

Llegó sereno y sonriente, sacó unos papeles de su maletín y comenzó a arremeter contra el partido y el grupo municipal socialista de Castellón. Juan María Calles, el concejal socialista condenado por conducir ebrio, no ha dejado su acta de concejal como le pidió el partido, sino que ha iniciado una nueva etapa de rebeldía al decidir darse de baja del PSPV y pedir su paso al grupo de no adscritos.

En su lectura (reflexionada porque la ejecutiva local le dio una semana de tiempo) denunció lo que definió como “una operación de acoso y defenestración” política y personal, acusó al partido de utilizar la condena como “pretexto” para pedir su dimisión, cargó contra la actual portavoz, Amparo Marco, y anunció que a partir de ahora trabajará, entre otras cosas, para “denunciar actitudes” como la suya porque considera que ha “usurpado” una representación municipal que le correspondía a él.

Calles comunicó este lunes al secretario local, Daniel Gozalbo, su baja del partido y este martes su decisión de pasarse al grupo de no adscritos al Ayuntamiento. Nada dijo al grupo municipal. El recién galardonado con el Miguel Hernández de poesía se convierte así en edil tránsfuga del Ayuntamiento. “Solo soy un concejal que lucha por sus derechos, que han sido ninguneados durante tres años”, dijo. Ni el secretario local ni la secretaria de organización respondieron a las llamadas de este diario.

Juan María Calles vinculó el ultimátum del partido, no a su condena, sino a lo que considera que ha sido una campaña de acoso que arrancó antes de la derrota electoral de 2011. “La operación de acoso y defenestración de mi persona estaba urdida incluso antes de la campaña electoral, que fue deliberadamente boicoteada con la poca presencia de quienes justamente están pidiendo mi dimisión desde la misma noche electoral”, dijo apuntando a Amparo Marco. También aseguró que “gran parte” de militantes, simpatizantes y cargos están en desacuerdo con aquel procedimiento.

Tras la derrota electoral, el partido abrió un expediente de expulsión por irregularidades en la gestión del grupo municipal durante su etapa de 2007 a 2011. Calles aseguró no tener conocimiento de este trámite que Ferraz todavía no ha resuelto.

“Mis derechos de concejal han sido ninguneados durante tres años”

El edil tránsfuga defendió su decisión alegando que no quería que su marcha fuera considerara como un éxito de la supuesta campaña de acoso y porque dijo estar “absolutamente convencido de que buena parte de las casi 20.000 personas votaron al PSPV en Castellón están en desacuerdo con la actitud de Marco y sus afines”. Por criticar, criticó hasta el nivel de la oposición que ha ejercido el grupo municipal en el que lleva tres años “bastante aburrido”. En todo este tiempo no ha acudido a ni una sola reunión de grupo ni ha hecho otra cosa que asistir a los plenos. ¿Por qué no tomó antes esta decisión? Según dijo, porque se le pidió que continuara para no generar más tensión en el grupo.

El futuro de Calles en el Ayuntamiento (aseguró que acabará su carrera política esta legislatura) pasa por la definición de sus funciones. El portavoz del equipo de Gobierno, Miguel Ángel Mulet, anunció que ahora podrá participar en las comisiones y tener voz. Como dejó caer ayer, podría utilizar esta nueva posición para iniciar una campaña de desgaste contra Amparo Marco. “Su trayectoria política le ha hecho perder toda la credibilidad. El grupo municipal no tiene ni imputados ni condenados”, fue la única respuesta de la portavoz.