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La plaza de Henry Moore

Siete esculturas monumentales dialogan frente al Ayuntamiento de Valencia

Ferran Bono
La escultura 'Figura reclinada', de Henry Moore, que se exhibe en la plaza del Ayuntamiento de Valencia.
La escultura 'Figura reclinada', de Henry Moore, que se exhibe en la plaza del Ayuntamiento de Valencia. MÒNICA TORRES

Representa tanto el contorno del cuerpo de una mujer como la suave pendiente de una colina. Su cara es abstracta pero su mano, figurativa, con detalles de los nudillos de los dedos. Es Figura reclinada, una de las siete esculturas monumentales de Henry Moore que, realizadas entre 1960 y 1982, ocupan desde este jueves la zona central de la plaza del Ayuntamiento de Valencia.

Donde hasta hace unos días se lanzaban petardos y carcasas, ahora dialogan en silencio unas grandes figuras de bronces, rompiendo el espacio con las formas que sintetizan algunos de los temas recurrentes del escultor británico (1898-1986): su fascinación por las mujeres reclinadas, su interés por la relación entre la madre y el hijo, por el paisaje rural y urbano o la tensión entre lo abstracto y lo natural.

La exposición está organizada, dentro de su programa Arte en la calle, por la Obra Social La Caixa, en colaboración con la Fundación Henry Moore y el consistorio. La comisaria de la muestra, Anita Feldman, visitó el IVAM y comprobó in situ las similitudes entre una pieza del escultor catalán Julio González de 1933, que se exhibe en el museo valenciano, y otra del artista de Castleford fechada en el año siguiente, aunque se trata de dos creadores muy diferentes. “Moore conoció la obra de González en París y en su archivo hay una nota suya en la que destaca su intento del escultor español atraer al espectador con sus formas”, explicó la responsable de la colección de la fundación.

El escultor británico viajó a España en 1934 y se quedó deslumbrado por las pinturas rupestres de Altamira. En París, visitó a Picasso en su estudio mientras pintaba el Guernica. Horrorizado por los estragos de la Guerra Civil, relaizó su primera litografía, Prisionero español, con la intención de venderla para ayudar a los presois de guerra republicana refugiados en los campos de concentración de Francia.

La exposición fue inaugurada por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, la concejal de cultural, Mayrén Beneyto, el director territorial de La Caixa, Bibiano Martínez y la propia Anita Feldman. La muestra, que se podrá ver hasta el 6 de mayo en Valencia, ha recalado con anterioridad en Canarias y Sevilla.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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