Una invitación no deseada
Polémica en Tàrrega por el ofrecimiento al embajador israelí para inaugurar una muestra sobre el pasado judío de la ciudad El exconcejal del municipio Xavier Mayora tacha la decisión de invitar al diplomático de "falta de moral y de respeto"
La invitación al embajador de Israel en España, Alon Bar, para inaugurar esta tarde una exposición permanente sobre el pasado judío de Tàrrega (Urgell) ha provocado algunas reacciones contrarias en sectores políticos de la ciudad. Sin embargo, las protestas no tendrán el eco deseado porque finalmente el diplomático israelí no asistirá al acto.
La muestra, en la que el Ministerio de Cultura ha invertido 200.000 euros, servirá para recordar la matanza de unos 300 judíos en julio de 1348 durante la oleada antisemita que recorrió Europa a mediados del siglo XIV.
El exconcejal independiente Xavier Mayora afirma que no está en contra de la exposición, pero sí de la invitación cursada a un representante de un Estado como el de Israel que “viola constantemente los valores más elementales de justicia e igualdad y somete a la población autóctona palestina a un verdadero régimen de apartheid (…). Es reírse de la memoria de Nelson Mandela y de todos los ciudadanos que han luchado para suprimir el apartheid allá donde se ha producido”.
Mayora, que fue concejal entre 1999 y 2007 por AIPN, ha anunciado que devolverá la insignia de oro que le otorgó el consistorio como medida de protesta por la invitación al diplomático israelí. “Considero”, señala en un comunicado, "que esta decisión del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Tàrrega (CiU y Rcat/SI) ha sido del todo desacertada y supone una falta de moral y de respeto muy grave para todas aquellas personas que creemos en los valores de la democracia, el respeto de los derechos humanos y el derecho a decidir de todas las naciones y pueblos del mundo”.
El exedil concluye que invitar al representante de un estado que niega el derecho a existir del pueblo palestino es también “reírse de todos los catalanes que creemos en el derecho de nuestro país a decidir su propio futuro”. Colgar la estelada en el balcón consistorial “es una burla de padre y muy señor mío”, concluye.
Por otra parte, la Candidatura de Unitat Popular (CUP) de Tàrrega considera “un acto de injusticia internacional” que se haya invitado al embajador de Israel y solicita al Ayuntamiento que explique qué acuerdos o intenciones tiene con este Estado a la hora de convertir la sala en un atractivo cultural y turístico de vocación internacional. La CUP se pregunta por qué el Ayuntamiento de Tàrrega defiende el derecho de autodeterminación y la independencia de Catalunya y en cambio no tiene en cuenta el derecho de Palestina a la libertad, a la independencia y a la paz.
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