Un empleado de FGV dice que los datos de la caja negra no se borraban al volcarse
Continúan las declaraciones de trabajadores de la compañía ante la juez por el accidente de metro Dos trabajadores señalan que las anomalías se anotaban en el libro de averías, que no apareció tras el accidente
Un trabajador de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) ha declarado este jueves al juzgado que investiga el accidente de metro de 2006 en Valencia, que cuando, debido a una avería o queja del maquinista, se veían obligados a volcar los datos de la caja negra de los trenes, existía la posibilidad de dejarlos en la caja o de que fueran borrados. Dependía de la actuación del momento, señaló Vicente Coll, empleado adscrito hace siete años al departamento de mantenimiento de la compañía.
Tras conocer la declaración, la Asociación de Victimas del Metro 3 de Julio, ha destacado que la declaración de Coll contradice la defendida por FGV, que sostiene que los datos de la caja negra se borraron cuando se volcaron en las dependencias de Valencia Sud horas después del siniestro.
Coll también ha reconocido que el maquinista tenía la obligación de escribir en el libro de averías del tren los problemas detectados en los trenes. Cuando se registraba una anomalía, había que anotarla en el citado libro, ubicado en la cabina del convoy, y el maquinista tenía que avisar al puesto de mando que ordenaba su revisión. Una de las incógnitas sin resolver durante la primera instrucción del metro fue qué pasó con el libro de averías, que no apareció tras el descarrilamiento de la UTA 3736.
Pedro José Vergara, otro de los testigos que han declarado este jueves, ha reconocido que no recibió ninguna formación para formar parte de la oficina técnica encargada en FGV de la revisión de la unidades de metro debido a su dilatada experiencia en tareas de mantenimiento y ha advertido que existía otra oficina técnica encargada del sistema de balizas y vinculada a la dirección de Explotación que "no figura en el organigrama proporcionado por FGV" a la investigación.
El trabajador, ahora destinado en otro departamento de la empresa, ha reconocido que la UTA del accidente fue revisada seis días antes del descarrilamiento entre las estaciones de la plaza España y Jesús, a raíz del cual 43 viajeros fallecieron y otros 47 resultaron heridos. También ha recordado que durante esa revisión, el libro de averías estaba en el cajetín de una de las cabinas de conducción.
Estas declaraciones forman parte de las diligencias ordenadas por la Audiencia Provincial de Valencia, que el pasado 21 de enero acordó la reapertura de la investigación tras dos archivos del caso.
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