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CANCIÓN | Ana Moura
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Nuevo fado con empaque

La cantante de Santarem encuentra un nuevo acercamiento a la música tradicional, donde es posible hasta reinterpretar un clásico de Joni Mitchell

Hablaban las crónicas de llenos estruendosos este fin de semana en Pontevedra y A Coruña, con los fieles a la caza imposible de una entrada sin vender. Puede que Ana Moura arrancase anoche en el Teatro Calderón con el ánimo desdibujado, porque la fascinación por su fado imaginativo y rejuvenecedor aún no ha prendido en esta ciudad refractaria a las grandes pasiones. Todo llegará: los dos tercios del aforo se encontraron con una de las cantantes más solventes que nos han ofrecido nuestros adorables vecinos en la última década, el contrapunto femenino perfecto al excepcional António Zambujo. Desfado tituló la de Santarém su más reciente disco, ese fado reinventado y sin corsés que puede terminar sonando, y no es metáfora, en el programa de Jools Holland.

La inaugural Havemos de acordar sirve como hoja de ruta: una batería cálida y acariciada (notable finura la del percusionista Mário Costa), el bajo acústico esbozando dibujos casi jazzísticos, un piano eléctrico como insospechada escolta para el tándem de guitarra española y portuguesa. Moura expande su canto sereno como un abrazo colectivo, consciente de que este nuevo territorio, sugerente y poético, puede cautivar a quienes no se dejen emponzoñar por la rígida ortodoxia.

El dolor, ese aguijonazo de amargura y desaliento, no aparece con nitidez hasta A fadista y algunas otras piezas en la parte central. La voz de Ana gana entonces en cuerpo, vibrato y dramatismo, aunque incluso esa fase más purista incluye una preciosidad de pulso acelerado, Porque teimas nesta dor. Y así llegamos a esa inflexión que es A case of you, el gran hallazgo hasta la fecha de esta portuguesa de futuro ilusionante: un original superlativo, el de Joni Mitchell; una lectura, la de Ana, para sentirse orgullosa durante muchos años. El juego de los contrastes y el eclecticismo: este nuevo fado con empaque.

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