Álex, la perla de la Fábrica

Al final del verano pasado Álex Fernández recibió una llamada: “Vas a ser un jugador importante en el Espanyol”, le sedujo Óscar Perarnau, director deportivo del club. Y Álex, de 21 años, no dudó. El chico, de Alcalá de Henares, armó las maletas y puso rumbo a Barcelona. Sus comienzos en Cornellà no fueron fáciles. Jugaba poco o nada. Sin embargo, con más fútbol que paciencia, empezó a convencer a Javier Aguirre y a disfrutar de minutos con la zamarra blanquiazul. Hoy regresa a su escuela, la del Madrid. El Espanyol visita Chamartín en busca de las semifinales de la Copa del Rey (C+Liga, 21.00).

Siempre tras los pasos de su hermano mayor, Nacho (defensa del Real Madrid), Álex comenzó a despuntar en el Complutense, primero, y luego en el Alcalá. Pronto sus goles y asistencias llamaron la atención del Real Madrid. Sabían que un niño pelirrojo, hermano del jugador de su cantera, llevaba la pelota atada al pie y lo pescaron para la Fábrica.

“Nacho se entrenaba a las cinco y Álex a las siete. La madre de los chicos iba y volvía de Alcalá a Valdebebas y su hermana más chica terminaba haciendo la tarea del colegio en la ciudad deportiva del Real Madrid”, cuentan en el entorno del jugador. “Siempre estaba pendiente de sus estudios y de tener una vida ordenada. Son valores que le han inculcado sus padres”, asegura Juanvi Peinado, su entrenador en el cadete B. Y así, mientras trepaba por las categorías inferiores de la cantera madridista, el jugador no se alejaba de los libros; ahora está en tercer año de INEF. Pero su suerte genuina descansa en su fútbol.

Siempre una categoría por encima de su edad, Álex llevaba la voz cantante del juego en una generación que dejó varios trofeos en las vitrinas de la Fábrica y en la que destacaron Morata, Carvajal y Sarabia. “En el Madrid siempre fue de los jugadores importantes”, destaca Alberto Toril, su entrenador en el Castilla. “Es completo. Un siete u ocho en todo. Tiene buen físico y mucho carácter”, añade. “Es un mediocentro con mucha llegada, buena visión de juego y pase de gol”, suma Juanvi Peinado; además, añade, “es fuerte y defensivamente aporta cosas. Es un mediocampista moderno”.

Era la voz cantante del juego de una generación en la que destacaron Morata, Carvajal y Sarabia

Campeón de Europa sub 19 con la selección española, donde fue laureado con el Balón de Oro al mejor jugador del torneo, Álex siempre estuvo en la mira del primer equipo del Madrid. En los tres años de Mourinho, el portugués lo llevó a la pretemporada. “Pocos jugadores a su edad han podido debutar en el primer equipo con un entrenador tan exigente como Mourinho”, dice Peinado. “Era uno de los jugadores en los que Mourinho confiaba. Típico futbolista de los que le gustan: un corte Khedira, pero con más fútbol. No tiene un juego muy posicional, es más anárquico, necesita moverse”, tercia Toril. “Es un jugador que parece que demora el juego, pero en realidad hace todo muy rápido”, aseguran en el entorno de Aguirre.

Álex llevaba tres temporadas en el Castilla, querían renovarle, pero no le aseguraban su paso al primer equipo. Y el Espanyol entró en juego. Perarnau destinó 500.000 euros para su fichaje. “Llegó casi último al equipo, no pudo hacer una buena pretemporada y al principio fue duro. Tiene que crecer, le tocaba sufrir un poco”, aseguran en el entorno del jugador.

“Es un futbolista que transmite cosas jugando, tiene alma”, dice Peinado. Con el despertar del 2014, el centrocampista madrileño, más fino en lo físico, comenzó a espolear su juego. “Tiene buenos movimientos, maneja muy bien la pelota. Además, tiene unas ganas impresionantes de aprender”, destaca Aguirre. Poco a poco, paso a paso, Álex empieza a tejer el fútbol del futuro blanquiazul.