Un histórico expulsado por Baltar, futuro alcalde de A Mezquita

Francisco José Montesinos, histórico exalcalde del PP en A Mezquita (uno de los feudos del nuevo baltarismo) a quien el hijo-sucesor del barón ourensano impidió que repitiera candidatura en las últimas municipales pese a haber sido elegido por aplastante mayoría de la asamblea local, recuperará previsiblemente la alcaldía. Lo hará mediante una moción de censura respaldada por un tránsfuga del PSOE que antes había militado en el PP. Montesinos apeará así del gobierno local a un tripartito de todos los colores (PP, PSOE y BNG) al que su grupo de independientes –la lista más votada, con diferencia- hacía la única oposición.

El líder de los independientes de A Mezquita expulsado del PP ya había avisado a José Manuel Baltar Blanco de que volvería por sus fueros cuando este lo quitó a él de candidato y designó a dedo a uno afín a su suegro, exalcalde también en el municipio. Montesinos lo intentó al formar una lista de independientes para las municipales con la que consiguió 405 votos (cuatro concejales), frente a los 125 del PP (un concejal), 160 del PSOE y 170 del BNG , cada uno de ellos con dos ediles .

Para frenarlo en su aplastante victoria, el hijo-sucesor de Baltar -que siempre repudió por “antinatura” los bipartitos- pactó un tripartito con socialistas y nacionalistas y le entregó la alcaldía al BNG. El gobierno tricolor hizo aguas desde el primer día ya que el socialista procedente del PP que ahora apoya a los independientes, José Antonio Pérez Carballal, “iba a los plenos solo a levantar la mano, estaba con nosotros desde el primer día”, ha explicado Montesinos a Europa Press y ha confirmado su compañero del PSOE.

Todo el mundo lo veía venir. Salvo el único concejal del PP, Roberto Diéguez, que insiste en su compromiso de formar parte del gobierno local y aún no se explica las razones de la moción de censura “ya que, para ahorrar, no se cobra dietas ni salario”.

Pero Montesinos -alcalde del PP de A Mezquita desde 1995 hasta 2007 - tenía claro su retorno y su hoja de ruta preparada. Da el paso cuando queda un año hasta las próximas municipales. El tiempo suficiente en su opinión para mostrar su gestión y obtener la mayoría holgada que le permita volver a gobernar, con el rechazo del sucesor de Baltar, en el nuevo feudo del baltarismo.