Las familias de Nuevo Amate desocupan el edificio público

Teresa Hernández, separada, desempleada y con tres hijos menores de edad, terminó saliendo el martes a las 21.00 por su propio pie del edificio público que había ocupado en la barriada de Nuevo Amate de Sevilla hace cerca de dos semanas. “Salí con un ataque de ansiedad. Ya no podíamos más, estábamos cansados, agobiados, sin luz ni agua, desconectados de la realidad. Y teníamos que salir el viernes de todas formas para declarar ante el juez por la denuncia por usurpación que nos ha puesto el Ayuntamiento”, contó este miércoles Hernández, de 48 años.

Ella es miembro de una de las cinco familias que a mediados de enero decidieron ocupar unos pisos en la antigua barriada Regiones Devastadas que permanecían vacíos desde que la empresa municipal de la vivienda (Emvisesa) los entregó en septiembre pasado. En este tiempo, el Ayuntamiento de Sevilla (PP), presentó una denuncia contra los okupas y un dispositivo de la Policía Local acordonó la zona y prohibió el acceso al edificio. El PSOE e IU instaron este miércoles al gobierno municipal a retirar la denuncia contra estas personas.

“Los denunciados tienen voluntad de declarar el viernes ante el juez, aunque nos enfrentamos a una orden del Ayuntamiento a la Policía que no se ajusta a derecho”, declara la abogada Pastora Filigrana, que se ha hecho cargo de estudiar el caso. Hernández asegura que lleva 13 años solicitando una casa al Ayuntamiento. “La última vez fue hace seis meses, y lo puedo demostrar”, dice, aunque fuentes del Consistorio afirman que no le consta la demanda de vivienda de ninguna de estas familias. Según cálculos del PSOE, el Ayuntamiento cuenta con 140 viviendas vacías en Nuevo Amate y una lista de 700 demandantes de casas sociales.