Más de 140 personas ocupan 26 viviendas abandonadas en Malilla
La policía desalojó hace unos días en este barrio de Valencia a otros 150 adultos y menores La concejal socialista Pilar Calabuig denuncia que Barberá está sobrepasada ante tanta necesidad
Las policias local y nacional desalojaron hace unos días a 150 personas, entre adultos y niños, de la viviendas abandonadas que ocupaban ilegalmente en la zona conocida como Molí de la Fonteta, en el barrio de Malilla. La alerta partió de la empresa PAI Malilla 2000, que como agente urbanizador de la zona denunció a los agentes que varios de los inmuebles de su propiedad habían sido ocupados ilegalmente.
Según reconoce el Gobierno local en respuesta a una interpelación de la concejal socialista Pilar Calabuig, "los inmuebles ocupados no reunían unas condiciones mínimas de salubridad, dado el número de personas y el estado deplorable de las viviendas".
El Consistorio reconoce que no son las únicas, ya que existen además otras dos zonas de ocupaciones ilegales: en San Pau, donde hay 14 viviendas tomadas donde residen 93 personas, y la entrada de Casas de Masena, donde existen otra docena de residencias ocupadas por 48 personas. Más de 140 personas, en total.
En estos espacios está previsto el proyecto del Parque Urbano del sector Malilla Norte, que prevé la demolición de la mayoría de edificaciones ocupadas. El servicio de planeamiento urbanístico ha recibido instrucciones de ponerse en contacto con los promotores del proyecto para que agilicen su ejecucion.
A la vista de estos datos, la edil socialista Pilar Calabuig considera que el equipo de Rita Barberá parece "sobrepasado" ante los crecientes problemas sociales en la ciudad e intenta convertir la necesidad de la gente en un tema policial”.
"No es cuestión de utilizar a la policía para todo, antes hay que agotar todas las vías y poner todos los recursos, en lugar de dejar que la situación se vaya deteriorando” en referencia a los desalojos en los que viene participando la policía local en este barrio.
Calabuig ha señalado la ineficacia de estas medidas porque a los pocos días estos inmuebles, que no reúnen unas condiciones mínimas de habitabilidad y seguridad, vuelven a estar ocupados por personas con niños a su cargo, que no tienen ninguna otra opción”.
La concejal lamenta esta situación, que achaca a la desidia del gobierno de Barberá "incapaz de arbitrar soluciones y sin autoridad para exigir a los propietarios de los inmuebles que tomen medidas para evitar que estas situaciones se produzcan y que garanticen su salubridad, tema sobre el que se han recibido quejas vecinales”.
La aparición de carteles con proclamas xenófobas es otro problema que preocupa a la concejala socialista “cada vez está más claro que el Ayuntamiento se desentiende de los vecinos de Malilla y por ello la situación se ha enquistado”.
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