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Platero, 100 años con el mismo brillo azabache en la mirada

El centenario de la publicación de la obra más universal del nobel onubense se celebra este 2014 con actividades y publicaciones que realiza la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez en Moguer

Museo Casa Natal de Juan Ramón Jiménez, en Moguer (Huelva).
Museo Casa Natal de Juan Ramón Jiménez, en Moguer (Huelva).Iván Boza

“Platero me lleva, contento, ágil, dispuesto. Se dijera que no le peso. Subimos como si fuésemos cuesta abajo, a la colina”. Estas palabras publicadas en el libro de Juan Ramón Jiménez Platero y yo cumplen 100 años desde que se imprimieron por primera vez. Fue en 1914 cuando la editorial La Lectura publicó 63 de los 138 capítulos que tiene la edición completa de esta obra universal y rompedora en la que Juan Ramón narra sus peripecias con el burro Platero por la localidad onubense de Moguer. Los espejos de azabache de los ojos duros cual dos escarabajos de cristal negro que lucía Platero hace 100 años siguen brillando, y sobre su cuerpo de papel pequeño, peludo y suave siguen cabalgando infinidad de adultos y niños a los que Platero lleva, contento, ágil, dispuesto.

El mundo disfruta de las aventuras en Moguer, y la localidad, pueblo natal de Juan Ramón Jiménez, se prepara para celebrar el centenario de la publicación durante este año. El 2014 ha sido declarado por la Consejería de Cultura Año Platero y la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez, en colaboración con la Junta de Andalucía, la Diputación onubense, el Ayuntamiento de Moguer y la comunidad de herederos del escritor, que fue premio Nobel de Literatura en 1956, ha diseñado una amplia programación que reúne medio centenar de actividades que recrean esta mítica obra, considerada por los críticos, una de las más complejas de las letras del siglo XX.

Lectura. Las propuestas para conmemorar el cumpleaños de Platero girarán en torno a la lectura, las artes plásticas, escénicas y musicales. El aniversario se va a aprovechar como un momento clave para la publicación de obras inéditas de Juan Ramón Jiménez, como Vida, Monumento de amor, Entrevistas o Los años españoles (1881-1936). Además, se editará un volumen de Platero y yo (Editorial 33) con ilustraciones de los humoristas gráficos Patxi e Idígoras y se presentará una reproducción sonora del capítulo La púa, leído por Zenobia Camprubí. También está previsto realizar una impresión especial de Platero y yo que solo podrá obtenerse visitando Moguer y realizando un recorrido por los lugares que marcaron la vida y obra del poeta. También hay conversaciones en marcha para elaborar nuevas traducciones del libro al inglés, al árabe y al catalán, entre otras.

Artes visuales.Destaca la iniciativa Platero en la pantalla que mostrará la única película hecha sobre Platero en 1965, un documento que ilustra los modos de vida y costumbres del Moguer de principios de siglo. Y en primavera se desarrollará una representación teatralizada de Platero y yo en Madrid, una actividad organizada por la fundación que cuenta con la colaboración de RTVE, RNE y La Casa Encendida.

Primera portada de Platero y yo.
Primera portada de Platero y yo.

Educación. Para el conocimiento de la obra se han propuesto actividades como Platero en el aula o Leer, jugar e imaginar a Platero, que vincula el libro con la educación. En las exposiciones previstas figura la de Platero universal, una muestra bibliográfica que aglutina las ediciones en las diferentes lenguas en la que ha sido traducida la obra de Juan Ramón Jiménez. Además, se realizará una exposición itinerante formada por 32 réplicas de las ilustraciones originales de esta nueva edición de la obra titulada Platero bajo la mirada de Patxi e Idígoras.

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El director de la fundación subraya que si este libro ha resistido 100 años es “gracias a su implicación de manera muy directa en las escuelas”. La sencillez, la claridad y la precisión de estilo de la obra han servido de aliciente para muchos profesores a lo largo de los años. Platero y yo es un texto “de filosofía de la vida y de compromiso social”, según Ramírez Almansa, que contiene un fuerte impulso pedagógico, ya que su autor, que era laico, defendía la libertad de cátedra. “Fue una publicación fortuita que formaba parte de la Elegía andaluza, donde ya se percibía que había cambiado el discurso narrativo”, explica. En principio, el libro fue concebido como antesala de otras publicaciones que Juan Ramón Jiménez quería realizar, pero la editorial La Lectura le propuso otros textos para una nueva colección de literatura y Zenobia le animó a entregar a la editorial aquel “cuento del burrito”, comenta el director de la fundación.

Para Ramírez Almansa, Platero y yo marcó un hito en la literatura española. “No solo transformó la poesía de su tiempo con Diario de un poeta recién casado, como señalan los libros de texto, sino que ya experimentó ese cambio con este libro que recrea la conversación entre el autor y su burro”, considera.

“La obra supone el comienzo de la luz y el color en la literatura. Con ella se pone fin a los negros de Goya, a los grises de Zuloaga y comienza una nueva configuración que va a inspirar luego a las Generaciones del 14 y del 27 y, en definitiva, a la poesía absolutamente intemporal que ofrece la prosa lírica de Juan Ramón Jiménez”, establece el director.

Una prosa que en Platero y yo es historia viva. Platero sigue estando en 2014 como Juan Ramón lo describió en el capítulo Aglae. “¡Qué reguapo estás hoy, Platero! Ven aquí... ¡Buen jaleo te ha dado esta mañana la Macaria! Todo lo que es blanco y todo lo que es negro en ti luce y resalta como el día y como la noche después de la lluvia. ¡Qué guapo estás, Platero!”.

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