Nietos del ‘indie’
La generación que creció con la cultura pop es selectiva con el ocio de sus hijos. He aquí una lista de actividades diferentes
Muchos de los que ahora se enfrentan por primera vez a la responsabilidad y a la aventura de ser padres se criaron al calor de una vasta oferta cultural y artística, en contacto con la cultura pop y el indie de los noventa. Lejos del viejo estereotipo de padre rígido y desfasado, estos nuevos padres enrollados son muy conscientes del concepto de modernez. Y no les gusta la habitual oferta infantil, edulcorada, cursi y repetitiva, plagada de títeres y princesitas. Por eso tratan a los niños como gente inteligente y organizan o frecuentan actividades en las que acercan a los niños a la música u otras actividades adultas (como la cocina, el arte o la arquitectura) y nunca, nunca, les hablan con diminutivos. ¿Saldrá de aquí una generación de niños hipsters desde la cuna? Estas son algunas de las propuestas:
» Ópera pop para niños. “Casi” es el nombre de una niña que va perdiendo partes de su cuerpo (la nariz, los ojos, un brazo) y que es perseguida por el malvado Señor Rojo. Así empieza el cuento que Blanca Lacasa, periodista, escritora y excomponente de la banda Plastic de D'Amour, le llevó al también músico Alberto Mate. “Molaría hacer con esto una ópera pop para niños”, pensaron. Y lo hicieron. Para su primer disco, La Fantástica Banda de Casi, contó con la voz de Loquillo como el malvado Señor Rojo, y con otros músicos conocidos como Jabier Muguruza, Julián López (de Muchachada Nui), o Malcolm Scarpa. Han actuado en diferentes lugares como la Casa de Vacas o el Teatro Lara, próximamente en Teatralia 2014… En la banda son hasta doce personas, incluyendo un pequeño coro griego, y a las voces está la cantautora indie conocida como Aroah, Irene Tremblay. El libro de Lacasa, Casi, un musical, ilustrado por Puño, está publicado por Narval. Ahora preparan su segundo proyecto autoeditado.
» Para niños suertudos. ¡Glück!, que significa “suerte” en alemán, es una tienda inspirada en las que la dueña, María Blanco, conoció en Berlín. “Este es un concepto que escaseaba por aquí”, dice. Tienen ropa, juguetes, decoración y libros, todo de productores pequeños o series limitadas: “la oferta es amplia, el padre más clásico encontrará cosas, pero también los más rockeros, bohemios o sofisticados”, cuenta Blanco. Además, aquí tratan de integrar el ocio infantil y adulto, por eso ofrecen conciertos de grupos pop para que los padres vayan con sus niños. “Pero que conste que no es música infantil, los grupos tocan su repertorio normal, solo que lo hacemos en acústico porque no hay más espacio en la tienda”, dice la dueña. Tienen cosas muy chulas a la par que modernas: es la tienda de los niños con suerte.
» La historia del ukelele. Víctor Coyote, que fue líder de Los Coyotes durante los ochenta, desarrolla ahora el proyecto Ruido Bajito, con sus trabajos más escénicos y teatrales. Entre sus proyectos se incluye Ukelele, la pulga que salta, más enfocado a la chavalería: “La frontera entre lo que es infantil y lo que no lo es me resulta muy difusa”, explica Coyote, “la historia del ukelele, que va de Braga a Madeira y de allí a Hawái también puede interesarle a un adulto que no la conozca”. En efecto, esta opereta folk para niños y modernos, como la describe, es la historia de un viaje en barco, el que tuvo que hacer este instrumento de origen portugués para llegar al pacífico (y acabar convirtiéndose en instrumento netamente moderno últimamente). “Siempre me han interesado las cosas para los chavales, de la misma forma que me interesan los bares, el cine o las fiestas populares”, continúa el artista. “Además, lo didáctico no está mal, sobre todo en esta época de burricie y sesgo educativo".
» Grey Elephant. En el espacio Grey Elephant se desarrollan talleres y actividades en torno a la lengua inglesa, el arte, la danza y el movimiento, y la música. Pero tienen hasta talleres de electrónica y programación, de artes plásticas donde ensuciarse sin remilgos ni límites, clases de inglés con música en vivo o el Grey Elephant Trio, que igual te toca música barroca que una selección de Gershwin, Copland y Joplin. “Muchos somos padres indies que venimos de vivir y trabajar en el mundo de la música o la cultura”, explica Laura Ceballos, la organizadora de todo eso, “respetamos cosas como los Cantajuegos o los títeres no muy sofisticados, porque tiene que haber de todo, pero a los que nos movemos en este círculo nos gusta que haya otras opciones”.
» Dj's y patines. Astrud, Mastretta, Facto Delafé, Anni B. Sweet, Alondra Bentley, Jero Romero, son algunos de los nombres que han ofrecido conciertos familiares en La Casa Encendida, dentro la iniciativa La Caja de Música. “En este centro ofrecemos cine, música, performance, etc, para adultos, y son los mismos lenguajes los que acercamos a los niños, tal vez de manera más sencilla”, explica Maral Kekejian, coordinadora de Artes Escénicas. La idea es que los niños y sus padres compartan el ocio, no que los segundos solo acompañen a los primeros. “Como al principio solo acudían los fans de los grupos, porque no había cultura de estos conciertos familiares, empezamos a pedir que se viniera acompañado de un niño”, explica la coordinadora. La forma en la que afrontan los grupos esta situación varía: “unos crean un set especial, con luces, vestuario, decorado, otros hablan con los niños y les explican los instrumentos, otros simplemente tocan como si lo hicieran ante un público exclusivamente adulto, depende”, dice Kekejian. Este fin de semana están los Hermanos Cubero, el sábado, y L.A. el domingo. También organizan la discoteca sobre patines, roller disco, en versión para niños, del 26 al 30 de diciembre. “Aquí verán que en la figura del dj, fuera del contexto de la noche, el alcohol, el club, lo que importa es la música”, concluye Kekejian.
» Niños arquitectos. “Esta es una generación de padres inquietos que educa a niños inquietos”, dice la arquitecta Almudena de Benito. Es la coordinadora de los talleres de arquitectura para niños Chiquitectos, que realizan en colegios y diversas instituciones culturales. En estos talleres los niños aprenden a construir, a trabajar en equipo, a ser creativos o a tener visión espacial. “Por fin se está considerando al niño como una persona”, dice de Benito, “no es necesario hablarles con diminutivos y ofrecerle cosas noñas”. Como muchas de los artífices de estas nuevas propuestas para críos, la iniciativa surgió cuando la arquitecta fue madre: “muchas veces las madres ponemos en marcha proyectos porque los echamos en falta para nuestros hijos”. ¿Saldrá de aquí el nuevo Norman Foster? ¿El nuevo Oscar Niemeyer? “Que vengan a estos talleres no significan que quieran ser de mayores arquitectos. Pero lo que sí es seguro es que vivirán rodeados de arquitectura y dentro de ella”.
» A los fogoncitos. La Cocinita de Chamberí es una tienda de alimentación ecológica, menaje y libros gastronómicos enfocada en los niños. Pero su plato fuerte tal vez sean los talleres de cocina para los más pequeños. Pueden empezar en el taller para bebés de 2 a 24 meses, en el que, con ayuda de sus padres, preparan recetas muy sencillas, como rollitos de jamón york y queso o tartaletas de manzana. “Aquí se acostumbran a manipular alimentos, amasar, aplastar, etc”, explica la dueña, Paloma Montón. “Les sirve para ver el paso del alimento en bruto al alimento cocinado, que muchas veces no ven en casa. Y pasan un rato divertido”. En el otro extremo, para los más mayores, está el Curso de cocina para niños intrépidos (a partir de seis años) en los que se cocinan platos de todo el mundo o comida verde y sana. “El público se compone de padres jóvenes, muchos de la zona de Malasaña”, explica Montón, “pero ha llegado a venir gente de otras provincias como Valencia o Galicia cuando hay charlas o actividades que les interesan”.
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