_
_
_
_

“Solo temo al teatro casi vacío”

Mónica Molina presenta ‘Lo vivido’, basado en los temas recogidos en media docena de discos La acompaña Juan Valderrama

Mónica Molina, en una fotografía promocional.
Mónica Molina, en una fotografía promocional.

Su padre, el genial Antonio Molina, iluminó con sus canciones la España de las décadas de los 40, 50 y 60 del siglo pasado. Muchas veces en compañía de otro cantaor genial, Juanito Valderrama. Mónica Molina vuelve a subirse esta noche a un escenario de Madrid, ciudad en la que nació hace 45 años, para cantar su propio repertorio en un espectáculo que ha llamado Lo vivido, recogido en media docena de discos, compuesto mayoritariamente por su hermano Noel, y para compartir unas canciones con el hijo de Juanito, Juan Valderrama.

“Nos conocemos desde pequeños”, dice la cantante, “pero él recuerda muchas más anécdotas de nuestros padres que yo”. “Juan tiene un repertorio tremendo de historias de camerino y giras con su padre que yo no viví”.

Su último trabajo, Mar blanca, es un homenaje al legado de su padre

“Nuestros padres han sido maestros en lo suyo y han compartido mucha vida, cartel, furgoneta y giras”, asegura con voz tierna y convencida. Esa complicidad llevó a Mónica a proponer a Juan Valderrama para el ciclo de Conciertos en Compañía que estos días ocupa el teatro Fernán Gómez de la capital madrileña. “Cantaremos juntos una canción de su padre, otra del mío, y otra del propio Juan”, anticipa Molina pero se reserva sus títulos para no desvelar sorpresas. Otra invitada esta noche será Diana Navarro, que cantará Paloma blanca, uno de los éxitos de Antonio Molina que a su hija le cuesta cantar. “Diana lo canta muy bonito y a mí me hace un favor, pues me la piden a veces y yo nunca la he cantado en directo”.

El año pasado, Mónica Molina publicó un disco, Mar blanca, con canciones de su padre. “Era una deuda que tenía. Una necesidad personal de Noel y mía. Creíamos que eran canciones hermosísimas que merecían la oportunidad de ser conocidas por un público más joven”. Sin embargo, salvo esta noche, no las canta en sus conciertos: “La idea de ese disco tenía un principio y un fin. Esas canciones ya están cantadas por el mejor que las podía cantar. Fue bonito comprobar de nuevo la pasión que una generación tenía por mi padre, y yo lo viví muy intensamente, pero es difícil cantarlas ante el público por la carga emocional que tienen”.

Hace 14 años publicó Mónica Molina su primer disco, titulado paradójicamente Tu despedida. “Era el título de una canción que compuso Noel para otra cantante que no quiso hacerla, y que dedicó a mi padre”, recuerda ahora. La canción, estrella de su disco debú, a pesar del título, asegura Mónica “era una puerta abierta a la esperanza”. Una canción de amor, como todas las canciones que ella ha cantado. “No sé si hay canciones que no sean de amor”, sentencia. “Incluso las canciones de denuncia o protesta son en el fondo de amor”. Para ella sí es un desgarro tener el amor tan presente en sus canciones, “sobre todo cantarlas al público cuando tu situación sentimental está pasando un mal momento”.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO
La cantante tiene mucho éxito en Turquía, donde ha realizado giras

No es el caso ahora de Mónica Molina. Felizmente casada y con una hija de 11 años de una anterior relación, vive en un acogedor chalé de un pueblecito cercano a la sierra madrileña: “Aquí soy feliz. Tengo mucho tiempo para hacer lo que quiero y no me impongo la obligación de hacer discos así porque sí”.

Efectivamente, seis discos en casi cinco lustros (uno de ellos recopilatorio y otro homenaje a su padre), no parece mucha obra. “No entiendo esa manía de hacer un disco cada poco tiempo, o que solo se pueda hacer gira con disco nuevo”. Prefiere tomarse su tiempo. “Editamos un disco cuando tenemos algo honesto que ofrecer, pero sin la presión de las discográficas”.

La única presión que siente ahora tiene que ver con la situación general que vive el país. “A todos nos va mal ahora”, dice al referirse también a su profesión. “Parece que nos cuesta reconocer que por unas cosas y otras, la crisis, el IVA cultural… va menos gente a nuestros conciertos”. Ella lo tiene claro: “Lo único que me da miedo ahora es esa duda de ‘¿vendrá gente esta noche?’ y que el teatro este casi vacío”. Pero se guarda una carta frente a esa angustia. En Turquía es toda una estrella y aquí en España se habla poco de ello. “Desde que fui allí hace 12 años, Turquía me ha acogido como una más. Me siento muy querida allí, que entienden mis canciones aunque no sepan español. Con una pequeña gira al año en Turquía, ya puedes vivir como una reina”.

Mónica Molina. Teatro Fernán Gómez (Plaza de Colón, 4) 20.30. 20 euros.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_