Solidaridad fija o por conflictos
"Al afectado le tranquilizamos, y a la empresa le decimos que, económicamente, no nos va a hundir”, afirma un responsable sindical
De dos formas distintas, los sindicatos USOC y CGT cuentan habitualmente con estos fondos. En USOC, la Caja de Resistencia y Solidaridad (CRS) es estructural y se nutre, con conflicto o sin él, de un porcentaje de las cuotas de sus 120.000 afiliados en toda España. “Se destina a pagar gastos derivados de la acción sindical: multas, huelgas, costas judiciales”, explica el responsable de comunicación, Xavier Sanz. En Cataluña, se ha usado en el reciente conflicto de las ambulancias. El sindicato creó la CRS en 1985 para diferenciarse de CC OO y UGT después de que la ley de Libertad Sindical pusiera las bases para su hegemonía. En total, ha abonado más de cinco millones en 3.000 conflictos.
La CGT, en cambio, activa cajas a medida de las necesidades de cada conflicto. Y no solo son bolsas económicas: el sindicato también moviliza a sus afiliados para ejercer presión constante sobre la empresa en cuestión. La organización ha debatido la posibilidad de organizar cajas estructurales, pero la ha rechazado. Lo explica Carlos Navarro, responsable de prensa en Barcelona: “Aportar solo dinero acomodaría. La caja es necesaria para ayudar, pero lo más importante es lograr readmisiones, por medio de presión”. Navarro cuenta el caso de una empleada de un hotel de Málaga a quien despidieron: han logrado la readmisión tras ocho meses en las que el sindicato ha ayudado tanto económicamente a la afectada como presionando a la empresa. El mensaje en estos casos está claro, mantiene: “Al afectado le tranquilizamos, y a la empresa le decimos que, económicamente, no nos va a hundir”.
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