Abran paso a lo nuevo
El Be Festival ofrece en el Matadero un muestrario bien escogido de la creación escénica europea emergente
Los festivales que nos acercan la obra de creadores reconocidos internacionalmente son necesarios; los que con criterio nos descubren lo nuevo son imprescindibles. El Be Festival de Birmingham figura en esta segunda categoría. Isla Aguilar, Miguel Oyarzun y Mike Tweddle, sus directores, no programan espectáculos completos, sino cuatro fragmentos diarios de 30 minutos cada uno de sendas funciones (en ciernes o ya terminadas), para ofrecer cada día una panorámica de lo que anda cociéndose y, entremedias, la oportunidad de que público y artistas intercambien opiniones en torno a una cena casera en mesas corridas.
En esta cuarta edición, además, se han traído de gira a Madrid una función donde se ofrece el fragmento de media hora que cosechó los premios del jurado y del público (Next Door), el que ganó el premio Arriaga, financiado por este teatro bilbaíno (Tao Te) y, con buen criterio, uno no galardonado (Al cubo), donde el trío italiano emigrado a Francia BettiCombo hace teatro usando la acrobacia, el mástil chino, los malabares y otras disciplinas circenses.
Con humor surreal y sin mediar palabra, Francesco Caspani, Ilaria Senter y Fabrizio Rosselli se quedan con el público a las primeras de cambio, mantienen su atención pendiente de la suerte de una torre de Babel inestable que erigen apilando cubos de plástico blanco, y andan siempre al borde de producir una catástrofe doméstica estrepitosa. Hay una tensión dialéctica fantástica entre la precisión con la que rematan unos ejercicios y la naturalidad con la que aceptan el fallo en otros de éxito improbable, a los que se lanzan cual kamikazes. Cada uno de ellos parece tan sorprendido como nosotros con el desempeño de sus compañeros, tal es el grado de improvisación que introducen para mantener el espectáculo vivo a cada instante.
Tao Te, de los húngaros Ferenc Fehér y Balázs Szitás, es un paso a dos intenso, virtuoso, obstinado y un punto críptico sobre la amistad y la posibilidad de domeñar la agresividad. En Next Door, comedia con trasfondo autobiográfico de la compañía Out of Balanz, un danés y un finés mixturan certeramente texto y pantomima para reflexionar con humor sobre la ingenuidad perdida, el aislamiento en que la edad adulta nos sume y la conveniencia de tender la mano al vecino.
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