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La promotora de la fiesta de Córdoba vendió 600 entradas más de lo permitido

Cinco personas resultaron heridas en varias avalanchas humanas

Rebel Bingo Spain, la promotora de la fiesta organizada en la discoteca Podium de Córdoba en la madrugada del día 24, vendió 1.586 entradas, a pesar de que el aforo máximo permitido era de 989. Fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Córdoba han informado de que para la fiesta que se celebraba en esta discoteca se vendieron un total de 597 entradas por encima del aforo máximo, lo que pudo favorecer las avalanchas que se produjeron durante la madrugada cuando jóvenes pretendían entrar al local.

Asimismo, el Cuerpo Nacional de Policía de Córdoba ha remitido este sábado al juzgado de guardia el informe sobre lo sucedido, en el que se recogen las declaraciones de los afectados, de los responsables del local, así como del personal de seguridad. La policía ha informado de que los organizadores de la fiesta habían establecido diferentes puntos de control y rechazaban a aquellas personas que no cumplían los requisitos establecidos, pero que éstas volvían a la cola, lo que ocasionó varias avalanchas que causaron varios heridos que requirieron asistencia médica. Cinco jóvenes, de entre 18 y 22 años, tuvieron que ser trasladados al hospital, aunque recibieron el alta a las pocas horas.

Los agentes solicitaron a los responsables, una vez desalojada completamente la sala de fiestas, los tickets de acceso a la misma y estos le remitieron a un control informático. Pero "ante la sospecha de que estuvieran escondidos" buscaron y localizaron dos cajas de cartón con entradas tapadas y en distintas habitaciones.

Mientras tanto, el Ayuntamiento de Córdoba analiza si desde el punto de vista legal la fiesta organizada en la discoteca cumplía con todos los requisitos y apunta que están en depurar si hay responsabilidad en la parte administrativa, aunque aclara que la discoteca tiene licencia de apertura y actividad desde el año 2003. No obstante, los primeros indicios apuntan a que los organizadores de la fiesta habían habilitado sin licencia una nave industrial anexa para que se pudiese hacer botellón (el precio de la entrada a este espacio era de tres euros), pero este recinto no contaba con medidas de seguridad ni con servicios para los asistentes.

Antes de que se produjeran las avalanchas, los agentes advirtieron de esta irregularidad a los tres guardias de seguridad privada del espacio, quienes descargaron toda la responsabilidad en los organizadores de la celebración. Los agentes les indicaron que iban a proceder a denunciar la falta de licencia y el ruido que se estaba generando. Asimismo, ordenaron el desalojo de la nave industrial. La salida de los congregados, según se recoge en el atestado, se produjo sin incidentes, pero la impaciencia en las colas de acceso a la discoteca desembocó, pasadas las dos de la madrugada, en varias avalanchas.

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