El sostén del Espanyol

Después de siete jornadas, el Espanyol, que marcha séptimo en la tabla de la Liga, descansa en un buen colchón de puntos (11) y sobre todo en buenas sensaciones futbolísticas. Su entrenador, Javier Aguirre, puede negociar el sistema táctico. Depende del rival, el mexicano puede variar su habitual 4-2-3-1, por un 4-1-4-1 o alternar con un 4-4-2, pero siempre con un axioma muy claro: el equilibrio del equipo en el mediocampo lo tejen dos jugadores disciplinados en defensa y ordenados para conducir el balón. Víctor Sánchez y David López son los encargados de dirigir el tránsito del cuero en la medular en la versión 2013-2014 del Espanyol del Vasco.

Desde el entorno de Aguirre aseguran que en los equipos del mexicano la intensidad y el músculo en el ecuador del campo son un punto cardinal de su juego. Receta que el entrenador del Espanyol ya había utilizado en Osasuna con Puñal y Pablo García; en el Atlético, con Raúl García y Maniche; y en Sudáfrica 2010, cuando El Vasco dirigía la selección mexicana, Torrado y Rafa Márquez se movían en el centro de la cancha. Las tareas se reparten entre los dos pivotes: uno se encomienda de faenas más defensivas; el otro tiene más libertad para soltarse en ataque. Ambos tienen la misión de conservar el orden y salvaguardar el equilibrio del equipo. Cuando Aguirre resucitó al Zaragoza del fondo de la tabla en la temporada 2010-2011, Gabi y Ponzio se adueñaron del mediocampo. La misma fórmula utilizó el curso pasado en el Espanyol: Forlín y Víctor Sánchez se impusieron en el eje del equipo.

Sánchez: “David tiene un juego más posicional y yo me puedo soltar más en ataque”

“Cuando me enteré que iba a fichar por el Espanyol, comencé a observar los movimientos que realizaba Forlín en los partidos”, revela David López. El exjugador del Huesca cogió el testigo del argentino y forma un dúo batallador en defensa y con criterios en ataque junto a Víctor Sánchez. “David tiene un juego más posicional dentro del campo que el mío. Normalmente él forma una línea de tres con los dos centrales para darle salida al equipo y yo, en cambio, me puedo liberar más en ataque”, cuenta el exjugador del Barça, máximo artillero de la temporada en el conjunto blanquiazul (3) y que saca el máximo provecho de sus sorpresivas apariciones en el área rival.

“Aguirre me pide que le dé equilibrio al equipo. Tengo que vigilar las contras de los rivales, tener pausa para que el partido no se vuelva loco y en las salidas, que me meta entre los centrales para generar superioridad frente a la presión de los delanteros rivales”, explica David López, que llegó este verano a Sant Adrià a cambio de 250.000 euros. El pivote, una de las revelaciones del curso en el Espanyol, es el punto de inicio en la distribución del cuero. “El míster me insiste mucho en la presión, mi tarea es intentar tapar todas las líneas de pases de los rivales para obligarlos a salir en largo. Pero siempre tengo que estar atento a lo que hace el David, es fundamental que estemos bien coordinados”, asegura Víctor Sánchez.

Frente al Getafe, el pasado domingo en Cornellà (0-2), el Espanyol jugaba incomodo. Pizzi, más extremo que mediapunta, buscaba adueñarse del balón por las orillas y dejaba un vacío en el centro del campo difícil de solucionar para el dúo Víctor Sánchez y David López. El doble pivote sufría con cada contra del equipo madrileño. Cambió el mexicano y mandó a Víctor Sánchez unos pasos más adelante. Ya era tarde para el Espanyol que se quedó con las manos vacías por primera vez en su feudo. Cambio táctico para el mexicano, que no varia en su receta de siempre. Sus equipos descansan en el equilibrio en la medular del campo. Su Espanyol descansa en Víctor Sánchez y David López.