Barcelona cierra su fiesta mayor

Un piromusical dedicado a Viena —ciudad invitada a la Mercè— y al Tricentenario despidió ayer la fiesta mayor de Barcelona. Miles de personas acudieron anoche a la Avenida de Maria Cristina para ver el espectáculo.

El último día de la fiesta comenzó con la misa en la basílica de la Mercè. Hasta allí se dirigieron muchos de los ediles de la ciudad —faltaron los cinco de Iniciativa, seis de los once del PSC, Joan Laporta (Unitat per Barcelona) y la convergente Maite Fandos, que se excusó por problemas personales— y miembros del Gobierno catalán, encabezados por el presidente Artur Mas. Y muchos policías de paisano.

Las autoridades fueron recibidas por los abucheos de unas 200 personas que se manifestaban en la plaza, entre trabajadores del autobús, subsaharianos del Poblenou y defensores del laicismo. Este año, la policía alejó unos 10 metros el sitio autorizado para la concentración a comparación del año pasado, cuando se arrojaron algunos objetos.

También se canceló la tradicional presentación de los castellers de la ciudad. Desde las colles aseguraron que los gritos y el ambiente caldeado no garantizaban la seguridad de su presentación, por lo cual decidieron no cargarlos. Su realización también habría obligado a que Mas, Trias y a sus acompañantes a soportar minutos de silbidos.

El Ayuntamiento informó que los festejos sacaron a la calle a 1,48 millones de personas. El público respondió masivamente a la jornada castellera, en la plaza de Sant Jaume, y hubo algunas quejas por la excesiva aglomeración, que hacía muy difícil la movilidad.Más allá de la incomodidad, no se reportaron incidentes. El alcalde Xavier Trias dijo que se replanteará la forma de acceso a algunos espacios.