Juicio a un hombre por torturar a un exempleado que le denunció ante Trabajo
El acusado se enfrenta a una petición fiscal de nueve años y medio de cárcel
Un hombre, propietario de una frutería, se enfrenta a una pena de nueve años y medio de prisión -tal y como solicita el ministerio fiscal- por presuntamente secuestrar y torturar a un extrabajador suyo para que retirase la denuncia que había interpuesto contra él ante el Ministerio de Trabajo por su situación laboral.
En concreto, el ministerio fiscal imputa a este hombre, de unos 43 años y de origen paquistaní, un delito de detención ilegal y otro de lesiones, y le reclama una indemnización para la víctima de 10.000 euros por los daños morales causados.
Durante el juicio, que ha comenzado este jueves en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia, el acusado ha negado los hechos y ha mantenido que el día del incidente se encontraba en su casa. Por su parte, la víctima se ha ratificado y ha narrado los golpes y amenazas que recibió.
Los hechos se remontan al 14 de abril de 2012, cuando el acusado, en situación regular en España, invitó a la víctima, extrabajador suyo, a subir a su vehículo con el que circulaba por la localidad valenciana de Picassent para hablar sobre la denuncia ante Trabajo, según consta en el relato del ministerio público. El acusado paró minutos después el vehículo y subió otro individuo -que no ha sido identificado- en el asiento trasero, quien, en connivencia del primero, le puso una bolsa de plástico en la cabeza a la víctima hasta que llegaron a un campo en las inmediaciones del Camino del Mas.
Allí, tras bajar del coche, el acusado y su compañero empezaron a golpear a la víctima con un palo en la espalda y en el muslo, con lo que éste quedó tendido en el suelo y aturdido. Seguidamente fue atado de pies y manos con una cuerda y, luego, el acusado, armado con un cuchillo, le fue haciendo cortes mientras le pedía que quitase la denuncia so pena de seguir "con otras cosas". En ese momento le mostraba los papeles para que los firmara en este sentido.
Como la víctima se negó a firmar los documentos, el acusado y su compañero lo ataron a un árbol y le pusieron una mordaza en la boca fabricada con tela. Y lo dejaron así, sin posibilidad de moverse ni de pedir ni obtener auxilio, hasta aproximadamente el mediodía del día siguiente, cuando se presentaron en el lugar ambas personas.
El acusado volvió a pedirle que firmarse los papeles al tiempo que, "con ánimo de menoscabar su integridad física", le presionaba el muslo con un cuchillo, causándole diferentes heridas. El extrabajador no se doblegó, y finalmente lo dejaron en el campo atado de pies y manos.
En la vista celebrada hoy, el acusado ha asegurado que el día de los hechos él se fue "de la tienda a casa", donde le esperaba su mujer y sus tres hijos y que ya no salió.
Ha afirmado que "nunca" ha tenido problemas con trabajador alguno de sus dos fruterías, y que nunca ha dejado de pagarles el salario.
"Tomé café días antes con él. Me preguntó si tenía trabajo para él y le dije que quería abrir otra frutería y que se esperara, que le llamaría. No me reclamó dinero", ha declarado.
El extrabajador, por contra, ha asegurado que le llevaron "engañado" con el coche "con una bolsa de plástico en la cabeza" y que le pegaron y torturaron en el campo de naranjos, donde le abandonaron "a oscuras".
Ha dicho que le denunció porque le debía "dinero después de haber trabajado mucho tiempo".
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