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Gobernar pasa por UPyD

Si el PP pierde la mayoría, el respaldo o la abstención de UPyD sería vital En el caso del PSM, para gobernar necesitaría un tripartito

A falta de menos de dos años para las elecciones autonómicas, tanto populares como socialistas tienen asumido que el apoyo de UPyD será fundamental para gobernar la región, controlada de forma ininterrumpida por el PP desde 1995. Desde su irrupción en la Cámara hace dos años, la formación de Rosa Díez ha pasado por todas las fases posibles. De ser ignorada por los partidos tradicionales a criticada por unos como la marca blanca del PP y ser para los otros un nuevo grupo de centro-izquierda. Eso sí, PP, PSM e IU coincidían en tildarla de “demagógica” en sus ataques.

En todo este tiempo, esa consideración ha ido variando. La expresidenta Esperanza Aguirre fue la primera de su partido en tender puentes con la formación magenta en vistas de un hipotético gobierno de coalición, o en un escenario en el que el PP fuera el más votado pero obtuviera menos papeletas que la suma de la dupla de PSM e IU. En ese panorama, el respaldo, o al menos la abstención de UPyD, sería vital.

En el caso del PSM, que entiende que para gobernar necesitaría un tripartito, también han aumentado quienes coinciden con la labor de oposición de los upeidianos. La intervención de ayer de Velasco fue apreciada en las filas socialistas, en la que muchos no olvidan que el portavoz de UPyD fue en su momento secretario de Estado en los Ejecutivos de Felipe González. “Quizá es demasiado sosegado, pero el contenido tiene colmillo y no admite réplicas”, comentaba un parlamentario de la confianza de Tomás Gómez. Otra cosa es como ven a su posible sucesor como portavoz, Ramón Marcos —Velasco tiene 74—, al que muchos sitúan más en la órbita del PP que en la socialdemócrata.

Un factor que tampoco contribuye a despejar hacia qué lado de la balanza se inclinará UPyD es la relación del secretario general de los socialistas madrileños con sus responsables. El recelo de la cúpula socialista hacia la formación magenta, a la que altos cargos consideran un partido surgido con un mensaje populista “al estilo de la Falange”, y que desaparecerá tan rápido como ha surgido, fue que Gómez rechazara el pacto entre los dirigentes de los dos partidos en Alcalá de Henares (a la espera del apoyo necesario de IU) para suceder al PP.

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