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Beats cálidos desde Helsinki

Nicole Willis y Jimi Tenor ponen broche a los ‘Soundays en La Terraza’ de La Casa Encendida

Jimi Tenor (Lahti, 1965) llegó hace años a una conclusión: “Prefiero ser un músico underground. Aunque en los noventa pensé que el sello Warp quería ver en mí una estrella pop, no tengo esa mentalidad”. Mejor jazz, electrónica, música negra y modos de crooner: todo cabe en la pócima del reputado gafitas finlandés, más conocedor de las tablas madrileñas que su pareja, la diva soul estadounidense Nicole Willis (Brooklyn, 1963). A ella, Obama y sus asesores (“es probable que buscaran títulos con ciertas palabras en Spotify”) la asomaron al gran público al incluir un tema suyo en el playlist electoral de 2012. Ambos cierran el domingo el ciclo ‘Soundays en La Terraza’ de la Casa Encendida presentando su primer álbum como dúo, con el alias de Cola & Jimmu.

Willis volvió después de dos décadas a Madrid para actuar en junio en el festival Black Is Back!: “Mi primera visita fue como corista de The The; yo era muy joven y poco profesional. Hace dos meses, disfruté mucho compartiendo cartel en el Matadero con mis amigos de The Sweet Vandals [banda de funk madrileña]”.

Y el matrimonio define ahora Enigmatic, su disco conjunto, como “deep house revival”, una resurrección de la modalidad menos maquinal de dicho estilo electrónico, el house, con Jimi acolchando instrumentalmente la cálida voz de su pareja: “Nos inspiró un viaje a Japón, donde no paramos de escuchar esa música tan característica de los clubes de Nueva York en los noventa. Provocaba nostalgia”. La morriña de la cantante y compositora parece evidente en Brooklyn girl, uno de los nuevos cortes: “Sin duda, aunque Finlandia [residen en Helsinki con sus dos hijos] es preferible para combinar arte y vida familiar. Pero hasta los extranjeros echan de menos mi ciudad”.

Lo dice por Tenor, para el que sus años en la Gran Manzana significaron casi todo: “Me relajé, escuchaba mucha salsa y merengue en mi barrio. Encontré la diversión social que me faltaba viviendo en Berlín. Y se disparó mi hiperactividad al grabar una canción diaria en mi seis pistas casero, mientras que comía de mi sueldo como fotógrafo en el Empire State Building”. Él siempre ha huido tanto de la vacua sofisticación de los estudios en los ochenta como de la rigidez de su propia formación clásica (“me salvó aprender de crío a improvisar con la banda de rockabilly de mi hermano”).

Willis cultivó antes sonidos más futuristas, y tuvo el primer barrunto de su giro hacia el soul de vieja escuela todavía residiendo en Nueva York, a finales de los noventa: “Pero el encuentro con mi banda actual, los finlandeses The Soul Investigators, fue ya en 2002, cuando Jimi y yo vivíamos en Barcelona [cuna de sus dos hijos]. Alguien nos hizo escuchar un tema de Janet Jackson en versión de Sharon Jones. Parecía escrita muchas décadas atrás, algo que me turbó”.

El estudio del músico y productor escandinavo en la ciudad condal se llamaba Copito de Nieve, en homenaje al gorila albino del zoo barcelonés. Willis registró allí su primera entrega en solitario con la colaboración de su marido, que la salpicó de beats. Nada que ver con el perfil clásico que ahora cultiva ella, no sólo reconocido por Obama sino también en el Reino Unido por algún gurú radiofónico de la BBC como Gilles Peterson.

Tenor practica con el apoyo de su banda mayoritariamente africana, Kabukabu, lo que él denomina “sonido afroeuropeo”. Fascinado por el afrobeat de Fela Kuti, ningún reconocimiento para él como crear en 2009 un disco a medias con Tony Allen, el otro padre del género y, dicen, mejor batería del mundo. “Yo iba muy preocupado, pero en seguida noté que nos llevaríamos fenomenalmente: fue una fiesta”. Y la neoyorquina, por su parte, antes de ser solista, gozó de otra entente con una leyenda: como miembro del combo de acid jazz Repercussions se marcó un dueto, videoclip incluido, con el gran Curtis Mayfield, ya por entonces en silla de ruedas. “Aguantó la sesión con enorme dignidad. Estábamos en Warner, poco después nos enseñaron la puerta. En los sellos indie he aprendido que se deben coger los proyectos por los cuernos”.

El despido no es ajeno para Tenor: “Me echaron de Warp porque hice un disco orquestal muy deficitario. Mi gran ambición sería trabajar con big bands, con extra de percusión afro. Pero hay que plantearse otras cosas, como el deep house de Cola & Jimmu, porque aquello ya lo hizo Sun Ra”. Previsible: el jazzman sideral tiene por ídolo al más marciano de todos ellos. Como él, se abona a lo excéntrico: llegó a habitar en un salón de baile abandonado por el partido comunista de su país; diseña trajes e instrumentos estrafalarios; y expone series fotográficas de animales muertos en autopistas. “Empleo una maravillosa cámara antigua que compré en el mercado de los Encantes de Barcelona”.

Nicole Willis, además de licenciada en Arte, exhibe a menudo sus pinturas. La última, en una muestra coral este verano en Londres con Elvis Presley como objeto: “De niña, lo adoraba”. Igual que a Jimmy Osmond nuestro Jimi Tenor, cuyo nombre es un guiño a ese ídolo de infancia y al saxo que domina el finlandés (también la flauta y los teclados): “Hay que medir siempre el humor, porque muchos pensarán que hasta un genio como Frank Zappa recurría a él en exceso”.

Cola & Jimmu actúan el 1 de septiembre, 20:30 h, en los ‘Soundays en La Terraza’ de La Casa Encendida.

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